El aprendizaje se despliega a través de conexiones entre los diversos puntos o nodos que componen las redes, ofreciendo a las personas acceso a una amplia gama de recursos, fuentes, opiniones e ideas. Esta perspectiva se inspira en principios como la teoría del caos, las redes neuronales artificiales, la complejidad y la autoorganización.
La metodología educativa basada en el estudio de casos se define como un proceso de investigación y búsqueda de información destinado a analizar sistemáticamente uno o varios casos específicos. Se presentan casos que simulan situaciones reales con el propósito de que el alumnado los analice y estudie para formular soluciones.
En contraste con el enfoque tradicional, en el que los conceptos o hechos se presentan de manera directa y aislada, el ABP permite que el alumnado se enfrente a situaciones problemáticas que requieren de su pensamiento crítico y colaboración. Estos principios sostienen que el alumnado construye activamente el conocimiento que adquiere, mientras que el profesorado actúa como guía en este proceso.
Se erige sobre los principios de cooperación y colaboración, donde cada integrante del grupo aporta sus conocimientos, competencias y habilidades, tanto teóricas como sociales y comunicativas, con el fin de alcanzar los objetivos establecidos mediante un esfuerzo conjunto y un consenso mutuo. Este concepto de trabajo en grupo va más allá de la simple suma de esfuerzos individuales hacia un objetivo común.
Se basa en promover la adquisición de conocimientos y habilidades mediante el apoyo activo entre individuos del mismo nivel, que comparten características similares y colaboran mutuamente para aprender mientras participan en el proceso de enseñanza y aprendizaje. El objetivo es la colaboración horizontal para facilitar el aprendizaje y los procesos reflexivos.