Alteraciones nutricionales

Imagen que muestra la obesidad infantil

En este apartado profundizaremos un poco en los motivos por los que se altera el orden alimentario y daremos pautas acerca de la alimentación más conveniente para el niño que atraviesa alguna de estas situaciones.

 

  • La elevada prevalencia de la obesidad infantil en nuestro medio, su influencia negativa en el desarrollo psicosocial del niño, el riesgo de perpetuarse en la edad adulta y sus nefastas consecuencias, hacen obligado un repaso a este problema que está íntimamente relacionado con la nutrición y con el ejercicio físico.

    Como dato a destacar, las últimas estadísticas de nuestro país (España), ponen de manifiesto un aumento en la prevalencia de la obesidad infantil representando un 18,3% de los niños obesos y un 26,2% con sobrepeso (según el Estudio ALADINO, 2011). Estas cifran muestran de forma alarmante el aumento de problemas asociados con el peso de las generaciones futuras, ya que aproximadamente el 45% de los niños tienen algún problema de sobrepeso u obesidad.

    Son muchos los factores que intervienen en el desarrollo de la obesidad en la sociedad actual:

    • Idea del niño sano=gordo
    • Comidas excesivamente ricas en grasas, sobre todo saturadas
    • Excesivo número de horas de televisión
    • Disminución del ejercicio físico
    • Predisposición genética
       

    Tratamiento

    Helados noEl tratamiento de esta patología se realiza teniendo en cuenta la edad, el grado de obesidad, la motivación y el entorno familiar y social.

    En casos de poca severidad se recomienda:

    • Mantener el peso
    • Reorganizar la dieta
    • Seguir el crecimiento del niño
    • Promover el ejercicio físico diario y evitar hábitos sedentarios
    • No se recomiendan las dietas restrictivas

    En los casos de mayor severidad:

    • Se identifican los malos hábitos alimentarios. Al corregirlos, se equilibra el aporte energético, siendo el necesario para asegurar su crecimiento y su estado de salud
    • Promover el ejercicio físico diario y evitar hábitos sedentarios
    • Se debe conseguir una lenta disminución del peso y buen control de la función del riñón
    • La alimentación no es restrictiva, se promueven hábitos saludables y se asegura una educación nutricional por parte de los familiares y del propio niño
    • Ponerse en manos de un buen profesional de la salud

    Puntos clave que un buen profesional de la salud deberá tener en cuenta en el SEGUIMIENTO Y TRATAMIENTO de la obesidad infantil severa:

    1.- Captación: desde cualquier consulta o centro de salud.

    2.- Diagnóstico: evaluación del IMC (índice de masa corporal) P/T2 >P90 CURVAS DE PERCENTILES o con un sobrepeso de 20%-30% que indica obesidad ligera, 30%-40% moderada y por encima del 40% severa.

    3.- Recogida de datos: información sobre la dieta, familia, hábitos, aspectos psicológicos del niño, encuesta nutricional de 3 días con uno festivo, encuesta de actividad.

    4.- Exploración física: es necesario descartar patologías ortopédicas, endocrinológicas, HTA, carencias y otros.

    5.- Establecimiento de controles/visitas periódicas

    6.- Valoración de parámetros bioquímicos y antropométricos

    7.- Realización de una buena educación nutricional familiar con la confección de la dieta tipo, teniendo en cuenta:

    • Necesidades nutricionales
    • Proporciones entre los distintos principios inmediatos Se recomienda una distribución de:
      • hidratos de carbono 50%
      • grasas 30%
      • proteínas 20%
    • Con un aporte de energía como el comentado anteriormente, según la edad, el sexo y la actividad física. Se tendrán en cuenta los gustos familiares y del escolar y se enseñará a identificar malos hábitos o alimentos de consumo excepcional y no habitual.
    • Asegurar la presencia de verduras y frutas diarias y tratar de mantener una alimentación ordenada con el fin de evitar el picoteo entre horas. Asegurar las 5 comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
    • Fomentar el ejercicio físico y evitar hábitos sedentarios.

    Niños jugando8.- Modificación de la conducta: ejercicio físico aumentado, disminución de horas de televisión, aumento del número de comidas por día, cantidad, tipo y frecuencia. Hay que establecer objetivos de acuerdo con la edad y situación familiar del niño, los premios o puntos que se ganan también deben ser acordes con la edad.

    9.-Apoyo psicológico a la familia y al niño

  • La pérdida de peso puede obedecer a múltiples circunstancias, por lo que se debe diagnosticar cuidadosamente. Suele obedecer a las siguientes causas:

    • Enfermedad crónica
    • Dietas restrictivas
    • Disminución del apetito
    • Deficiencias de zinc
    • Costumbres alimentarias


     


    Tratamiento

    • Se deben corregir las posibles carencias
    • Se debe proveer adecuadamente de nutrientes
    • Se debe insistir en la educación nutricional que lleve a una dieta sana y equilibrada
  • Por este término se entiende al niño cuyo único síntoma es la falta de apetito, sin enfermedad somática o mental que lo condicione. La mayor parte de las veces, este trastorno obedece a un apetito caprichoso derivado de unos hábitos alimentarios mal ordenados.

    Una mala estimación por parte de los padres de las necesidades nutritivas del niño acaba por condicionar un ambiente de ansiedad en el entorno del niño que revierte en forzarle a comer y permitirle ciertos caprichos. Con todo esto, el acto de comer se convierte en desagradable para toda la familia.

     


    Tratamiento

    Las pautas a seguir en líneas generales no son clínicas ni de modificación de los alimentos. Se suelen reducir a cambios en las normas y costumbres, así como en la actitud:

    • El niño debe comer en la mesa con los demás miembros de la familia.
    • No se debe insistir en que coma.
    • No felicitarle por que coma bien.
    • No cambiar unos platos por otros.
    • Cuando el niño no come, no recriminarle por ello.

    En definitiva, se trata de hacer comprender al niño, y a veces a los padres, que comer es un acto necesario para vivir y sentirse bien, para lo que a veces no es necesario comer tanto como uno puede pensar. Bien es verdad que se debe hacer una correcta vigilancia de estos niños, en aras de controlar la buena salud.

    En caso de ser necesario, consulte a un profesional que le ayude y le enseñe a manejar este problema.

  • Es una de las más comunes entre los niños de 1-3 años. Pueden ser derivadas del periodo de lactancia debido a la dieta limitada; además, los niños en esta edad no aceptan de buen grado las carnes rojas, prefiriendo alimentos bajos en hierro. Cuidando la alimentación se corrigen estas deficiencias.

     

  • A diferencia de otras patologías, ésta suele tener su origen en una dieta mal organizada:

    • Comidas ricas en azúcares simples presentes en golosinas, bollería industrial, etc
    • Bebidas ricas en lácteos/azúcar antes de dormir y sin la limpieza adecuada.
    • Falta de higiene buco-dental.
    • Comidas fuera de hora, sin posterior limpieza.

     


    Tratamiento

    • Limpieza de la boca después de cada comida.
    • Enseñar a los niños a limpiarse bien.
    • Visitar al dentista con la pauta que establezca el pediatra.

     

  • Son muy frecuentes en niños y se manifiestan con un aumento en el número de deposiciones de carácter líquido.

    El origen suele ser una infección gastro-entérica. Se acompañan de vómitos, fiebre, etc. Se pueden clasificar en dos grandes grupos:

    • Diarreas por malabsorción: aquéllas en las que las bacterias o virus que las producen provocan inflamación de la pared intestinal, lo que conduce a la mala absorción de agua y electrolitos que son eliminados.
       
    • Diarreas secretoras: las bacterias implicadas elaboran toxinas que inducen la secreción activa de agua y electrolitos.
       

    Las complicaciones que pueden aparecer, y que son las que con el tratamiento se deben corregir, son:

    • Deshidratación: pérdida excesiva de agua y electrolitos.
       
    • Intolerancia a disacáridos: suele afectar sólo a la incapacidad de metabolizar la lactosa, debido a que la alteración de la pared intestinal lleva consigo la destrucción de enzimas que la hidrolizan. A veces también afecta a otros compuestos. Éste es el motivo por el que se debe iniciar la alimentación oral lo antes posible. Al resolverse la diarrea, la tolerancia a la lactosa se recupera.
       
    • Intolerancia secundaria a proteínas y vacunas: el exceso de proteínas suele afectar el intestino de los lactantes.
       
    • Fracaso de la función intestinal: se suele dar en lactantes desnutridos, especialmente si la situación se repite y si la realimentación no se hace adecuadamente.

    Tratamiento

    Reposición de agua y electrolitos

    LimonesSe hace mediante una solución de suero salino, que suele presentarse ya dispuesta para su uso como preparado farmacéutico; si no es así, se puede preparar la "limonada salina casera". En ningún caso se deben utilizar bebidas isotónicas para deportistas ya que no contienen los minerales suficientes para reponer las pérdidas.

    Receta: para un litro de agua se pone el zumo de dos limones, dos cucharadas soperas de azúcar, una punta de un cuchillo de bicarbonato sódico y lo mismo de sal común.

    Se inicia la administración continuada, en sorbos pequeños durante 4-6 horas. Pasado este tiempo se observa al niño; si la rehidratación no es completa (tendrá que ser valorado por el médico, enfermera o similar), se continua de la misma forma, si se ha conseguido la rehidratación, se continua con la administración de la solución intercalando la toma de agua limpia normal.

    Mantenimiento del estado nutricional

    Debe comenzarse la realimentación tan pronto como se ha conseguido la rehidratación. Las normas más actuales proponen y recomiendan una nutrición variada, sin ningún tipo de restricción. A demanda del niño, sólo cuidar los alimentos ricos en fibras, que deben restringirse en los primeros días. Incluso para lactantes no se recomienda el uso de fórmulas especiales, dado que las fórmulas adaptadas tienen una composición mas adecuada.

    Mantener el ayuno no sólo no favorece la eliminación de la diarrea, sino que incluso pueda alargarla y, consecuentemente, empeorar el estado general, favoreciendo así el establecimiento de procesos patológicos secundarios.

    Sólo se debe recurrir al tratamiento con fármacos en caso de diarrea invasiva en lactantes muy pequeños, desnutridos y/o inmunodeficientes para evitar sepsis de origen intestinal.

     

  • Supone otro de los problemas con los que habitualmente se enfrenta la población infantil. Aunque las causas orgánicas de este trastorno son múltiples, lo más frecuente es que sea una alteración de carácter funcional. Frecuentemente, dietas pobres en fibra, insuficiente aporte de nutrientes o factores sociales como el estrés, falta de ejercicio físico, condiciones familiares, etc., son los desencadenantes. La pérdida del reflejo de la evacuación supone la retención de las heces y su endurecimiento por reabsorción del agua en el intestino, formado un círculo vicioso que puede acabar con oclusión intestinal.


    El tratamiento

    El mejor tratamiento consiste en facilitar el transito intestinal mediante dieta rica en fibra, promover el ejercicio físico (en caso de hábitos sedentarios) y la administración de enemas de limpieza. Los laxantes ligeros, como los supositorios de glicerina, también pueden ayudar, pero hay que usarlos con precaución a fin de no alterar la absorción de determinados componentes de la dieta, como pueden ser las vitaminas liposolubles. La duración de este tratamiento debe ser de unas dos semanas.


    La prevención

    FrutasEs la mejor forma de tratamiento. Se basa en la instauración de una dieta adecuada rica en fibra en forma de fruta, verdura y cereales con cáscara, que garanticen la ingesta diaria de aproximadamente 10 g de fibra; también debe ser abundante la ingesta de líquidos, aproximadamente 1,5 litros al día y el ejercicio físico diario, ya que promueve la motilidad intestinal (movimientos intestinales)

    En cuanto a la fibra, merece la pena detenernos un poco para, aunque sólo sea de forma esquemática, hacer un repaso que permita tener claro qué tipos de alimentos contienen el tipo de fibra que es beneficioso para el estreñimiento.

    Es más adecuado hablar de "fibras" que de fibra, ya que según su procedencia tienen composición y propiedades fisicoquímicas diferentes.

    • Fibra soluble: son de este tipo las gomas, mucílagos y sustancias pécticas. Están muy representadas en la fruta, las legumbres y los cereales. La mayor parte de ellas son fermentadas y no poseen apenas efectos sobre el peso fecal.
    • Fibras insolubles: son la celulosa y la lignina, principalmente. Los cereales integrales, el centeno y los productos derivados del arroz son sus fuentes principales. Este tipo de fibras sí aumentan la motilidad intestinal e influyen en la velocidad del vaciamiento gástrico.

    ​​​​​​​Medidas de reeducación intestinal:

    • Enseñar al niño a no "aguantar" y obedecer rápidamente el deseo de defecar.
    • Intentar conseguir la evacuación diaria. Establecer un momento en el día, procurando que sea la misma hora todos los días, en que el niño esté relajado; si no se consigue, se administrará un enema de limpieza.
    • Desayunar adecuadamente para iniciar el reflejo gastrocólico.
    • Se aconseja realizar ejercicio físico diario.

     

  • Las alergias son las reacciones adversas del organismo a la ingesta de un componente de la dieta. En unos casos pueden ser reacciones de hipersensibilidad mediadas por anticuerpos (RAA), mientras que en otros no existe un mecanismo inmunológico comprobado (RIA).

    Los alimentos implicados son múltiples, pero en esta etapa de la vida los que con más frecuencia se ven implicados son la leche de vaca, los huevos y el pescado. La mayor parte de estas alergias suelen ser transitorias y desaparecen con la edad.

    Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas, siendo las más frecuentes las alteraciones del aparato digestivo, las de la piel y del sistema respiratorio.

     

    Alteraciones Manifestaciones
    Aparato digestivo Dolor abdominal, vómitos, cólico del lactante, diarrea, estreñimiento, esteatorrea, enteropatía, enterocolitis, colitis, hemorragia intestinal, estomatitis, aftas, edema de labios, granulomatosis oral.
    Aparato respiratorio Rinitis, tos crónica, bronquitis, asma, neumonía, hemosiderosis pulmonar, otitis media serosa.
    Piel Urticaria, angioedema, rash, dermatitis atópica, púrpura, dermatitis herpetiforme, alopecia.
    Renales Enuresis, cistitis, albuminuria, síndrome nefrótico.
    Hematológicas Anemia hipocroma, trombocitopenia, púrpura, eosinofilia.
    Cardiovasculares Vasculitis, coronariopatías, arritmias, shock anafiláctico.
    Sistema nervioso Dolor de cabeza, síndrome tensión-fatiga, síndrome hiperquinético, neurosis, esquizofrenia, insomnio.
    Otras Infecciones recurrentes, síndrome de muerte súbita, hiperostosis cortical infantil, falta de medro, astralgias, artritis.

    Diagnóstico

    El alergólogo hace su diagnóstico en función de la historia clínica y de pruebas de provocación. Estas pruebas consisten en aplicar una cantidad de diferentes agentes sospechosos de producir la reacción y esperar a que el organismo reaccione. De esta forma se puede conocer, con mucha seguridad, el agente causante. A veces ocurre que la cantidad que se aplica no es suficiente para provocar la reacción, por lo que es necesario seguir haciendo pruebas con diferentes cantidades.

    También es necesario analizar las circunstancias que rodean al episodio. También se deben estudiar otras posibilidades. Además de confirmar el diagnóstico de reacción adversa, se debe intentar filiar su tipo, generalmente mediante datos de laboratorio, y en concreto las reacciones anafilácticas mediante la determinación de la IgE (inmunoglobulina E) específica.


    Frecuencia de estos procesos

    Leche y huevosA pesar de falta de datos concretos que permitan calcular la prevalencia de las alergias de forma precisa, se estima que entre un 1 y un 3% de los adultos y entre un 4 y un 6% de los niños, presentan alergia alimentaria (CODEX, 2006).

    La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN, 2007) ha identificado que algunos alimentos pueden provocar reacciones adversas en un pequeño porcentaje de la población. Sin embargo, no todos los problemas que causan los alimentos son alergias. Tan sólo un 2% de los adultos y un 3-7% de los niños presentan realmente alergias.

    En el estudio realizado por Crespo et al. en 1995, se evaluó la prevalencia y características de los principales alimentos implicados en el proceso de alergia alimentaria de 355 niños diagnosticados.

    Los resultados presentaron que los principales alimentos implicados son leche de vaca, el pescado y los huevos. A estos alimentos les siguen las frutas y otros vegetales. Las legumbres parecen estar implicadas en la mayor parte de reacciones cruzadas.

    Por otro lado, se comprobó que el 86,7% de los pacientes son alérgicos a uno o dos alimentos. El 13,3% reacciona a tres alimentos; de estos últimos, casi todos reaccionan a legumbres o verduras de algún tipo.

    También se encontró en este grupo de pacientes que la alergia se inicia en un 48,8% de los casos en el primer año de vida. A partir del segundo la desarrolla un 20,4%, y suele ser predominante la alergia a las proteínas de la leche de vaca, huevos y pescado. La alergia a frutas, verduras y otros vegetales suele aparecer a partir del segundo año de vida.


    Tratamiento

    En la intolerancia o alergia, el tratamiento más eficaz es la retirada del alimento de la dieta.

    En el caso de lactantes con alergia a proteínas de la leche de vaca, la "dieta de exclusión" lleva a la utilización de fórmulas alternativas: las de soja o hidrolizado de proteínas. Pero también hay que tener cuidado, puesto que se han descrito casos de sensibilidad tanto a los hidrolizados de proteínas como a la soja.

    Al cumplir el año de edad, es habitual realizar una prueba de provocación con proteínas de leche de vaca en un ambiente controlado, es decir, en un hospital. Se suele realizar porque la alergia del lactante suele ser transitoria y va asociado a un aumento de la permeabilidad intestinal que se suele resolver al pasar el tiempo.

     

  • La diabetes es una enfermedad que cursa con un aumento de la concentración de la glucosa en sangre. Este aumento es debido a que la cantidad o calidad de la insulina procedente del páncreas no es válida para la degradación de la glucosa, llamada diabetes tipo 1 o a que se produce una resistencia por parte de las células y la glucosa sanguínea no entra en ellas, se denomina diabetes tipo 2. En el primer caso, el origen de esta alteración suele ser genético y no es muy bien conocido. Por el contrario, en el caso de la diabetes tipo 2 se asocia a la presencia de sobrepeso y obesidad infantil por sus malos hábitos alimentarios y falta de ejercicio físico. El tratamiento más actual se basa en tres pilares:

    • Insulina (diabetes tipo 1) y antidiabéticos orales (en caso de ser necesarios en la diabetes tipo 2).
    • Ejercicio físico
    • Alimentación saludable: en la diabetes tipo 1 se realiza una educación nutricional para enseñar a los niños a comer por raciones de hidratos de carbono y calcular las dosis de insulina, y en la diabetes tipo 2 se realiza una educación nutricional para que adquieran un estilo de vida saludable y promover el ejercicio físico diario.

    En cualquier caso, la educación dietética es fundamental, tanto para el niño diabético como para la familia. En esta página podrás ampliar tus conocimientos sobre los siguientes aspectos:


    Los objetivos del tratamiento dietético de la diabetes infantil son:

    • Dieta adecuada en nutrientes para el crecimiento y desarrollo del niño.
    • Evitar variaciones glucémicas, consiguiendo un equilibrio entre dieta, insulina y ejercicio.
    • Dieta con alto contenido en hidratos de carbono complejos.
    • Rica en fibra.
    • Baja en azúcares refinados.
    • Bajo aporte graso procedente de grasas saturadas,
    • Aporte proteico suficiente y adecuado a los requerimientos del niño.
    • Distribución planificada y regular de la comida a lo largo del día.
    • Educación dietética familiar.
    • Fomento del uso de alimentos frescos.

    Diseño de una dieta para niños insulino-dependientes (diabetes tipo 1):

    Debido a la dificultad que supone para los niños seguir una dieta, es importante hacer un diseño de ésta teniendo en cuenta los gustos del niño, y realizar un seguimiento y evaluación cada 3-6 meses, modificándola en función de los nuevos gustos y variaciones de actividad.

    Según la edad se debe tener en cuenta:

    Menores de dos años: dieta semejante a los niños de su edad, aconsejando lactancia materna, diversificación a partir del 4-5 mes y, si fuera necesario, aportar suplementos vitamínicos.

    Desde los 2 a los 5 años: dieta con carbohidratos naturales no refinados, relativamente baja en grasas.

    Niños escolares: dieta rica en carbohidratos no refinados, ricos en fibra. Se debe evitar el consumo excesivo de proteínas. Se debe reducir la grasa saturada (sobre todo evitar el consumo de productos tipo bollería industrial). Se debe potenciar el ejercicio físico regular. No son necesarios suplementos vitamínicos.

     

    Según los macronutrientes se debe tener en cuenta:

    Aporte calórico: igual al de los niños de similar edad, peso y actividad, tan solo es necesario enseñar los grupos de alimentos y a cuantificarlos.
    El aporte calórico debe distribuirse igual que en los escolares sin diabetes:

    • Carbohidratos: 50%-60% de las calorías
    • Fibra: 30-40 g/día
    • Proteínas: 12%-20% de las calorías
    • Grasas: 25%-30% de las calorías. Colesterol <300 mg/día

    Hidratos de carbono:

    DulcesMás de la mitad de los hidratos de carbono aportados deben ser complejos: pan, legumbres y cereales. La otra parte debe ser mezcla de mono y disacáridos: lactosa, fructosa de las frutas y algunos vegetales y sacarosa procedente de la ingesta muy limitada de dulces (siempre caseros).

    Se puede establecer los siguientes grupos respecto de los alimentos según su contenido en hidratos de carbono:

    • Alimentos que se deben evitar su consumo: contienen más del 20% de carbohidratos.
    • Alimentos permitidos libremente: contienen menos del 5% de hidratos de carbono; vegetales, carne, queso y refrescos sin edulcorantes.
    • Alimentos racionados: son permitidos en cantidades regulares. Una ración equivale a 10 gr. de carbohidratos. (Ver tablas de equivalencias).
    Alimentos permitidos libremente
    Son todos los que contienen menos del 5% de hidratos de carbono. Entre ellos cabe destacar la mayor parte de los vegetales, la carne y el queso.
    Alimentos que se deben evitar su consumo
    Alimentos que contienen alto porcentaje en azúcares  

    Zumos de frutas envasados
    Leche condensada
    Leche de almendras azucaradas
    Miel
    Mermeladas
    Bebidas azucaradas
    Yogourt de frutas
    Flan
    Pasteles, tartas, chocolates

     

    Alimentos que se deben racionar
    Féculas Raciones (gr en seco)

    Arroz blanco
    Arroz paella
    Garbanzos
    Guisantes frescos
    Guisantes congelados
    Habas
    Judías blancas
    Lentejas
    Patatas
    Pan de trigo blanco
    Pan de trigo integral
    Pasta
    Biscotes
    Bollo suizo
    Ensaimada

    15
    15
    20
    60
    80
    20
    20
    20
    50
    20
    20
    15
    15
    15
    15

    Hortalizas Raciones (gr en seco)

    Coles de Bruselas
    Judías verdes
    Puerros
    Tomate
    Zanahoria

    120
    200
    200
    250
    115

    Frutas Raciones (gr en seco pelada)

    Albaricoque
    Fresa
    Fresón
    Mandarina
    Manzana
    Melocotón
    Melón
    Naranja
    Pera
    Sandía

    100
    120
    200
    105
    70
    100
    200
    100
    65
    200

    Productos lácteos Raciones (gr en seco)

    Leche de vaca
    Yogourt
    Queso fresco
    Nata fresca

    200
    200
    250
    320


    edulcorantes artificialesControl de edulcorantes artificiales:

    • Fructosa y sorbitol: pueden ser empleados en cantidades limitadas.
    • Sacarina: no aporta calorías. En algunos países está prohibida por considerarse cancerígena.
    • Ciclamatos: no deben emplearse.
    • Aspartame: Según la Academia Americana de Pediatría, es el edulcorante de elección. Aunque está contraindicado en embarazadas y en casos de fenilcetonuria. Es de los considerados no calóricos. Últimamente están apareciendo estudios e informes revelando que cuando este edulcorante es calentado hasta una temperatura de 30 grados centígrados (86º F) –cosa muy frecuente– el alcohol vegetal que contiene el aspartame se convierte en formaldehído y después en ácido fórmico, causando acidosis. Los síntomas de la toxicidad del metanol reproducen los de la esclerosis múltiple. Según estos informes (presentados en la WORLD ENVIRONMENTAL CONFERENCE), muchas personas están siendo erróneamente diagnosticadas de esclerosis múltiple por esta causa.

    Dieta en estado de cetosis

    La cetosis se produce por la disminución de la concentración de hidratos de carbono en sangre, o hipoglucemia. Cuando detectemos cetosis en el niño, la dieta debe cumplir las siguientes características:

    • Rica en carbohidratos.
    • Normocalórica.
    • Muy fraccionada.
    • Abundante aporte de líquidos.
    • Para controlar la hipoglucemia (bajada de azúcar), primero se deben aportar azúcares simples procedentes, por ejemplo, del azúcar de mesa. Por tanto inicialmente se puede tomar un azucarillo o un zumo de frutas para conseguir una subida del azúcar y continuar con azúcares complejos, como galletas, pan, etc. pasados unos 10 minutos para mantener la glucemia. Paulatinamente se pasará a dieta habitual.

     

  • Según la Sociedad Europea de Arteriosclerosis, las cifras de colesterol total no deben ser superiores a 170 mg/dl para edades comprendidas entre 2-19 años pues supone riesgo "moderado" de patología coronaria.

    La hipercolesterolemia infantil es una patología en la que la dieta influye de forma determinante. En la mayor parte de los casos, suele ser el origen de la enfermedad y también la solución.

    Es de todos conocidos el efecto hiperlipemiante (aumento de los niveles de colesterol) de determinados alimentos que forman parte de la dieta de los niños: bollos, chucherías, fritos de bolsa, cremas de chocolate, etc. Son muchos los que están de acuerdo en que son los culpables de la mayor parte de las hiperlipemias infantiles. Tanto es así que normalmente con la limitación dietética de estos productos acompañados de aumento de actividad física se corrige el problema.

    Sin embargo, en casos de hiperlipemias familiares muy acusadas, es necesario recurrir a fármacos hipolipemiantes.

    Existe acuerdo en no modificar la dieta de niños menores de dos años a fin de no interferir con el crecimiento y desarrollo. Ante una cifra elevada de colesterol total o de triglicéridos es conveniente hacer un contraanálisis, o lo que es lo mismo, asegurarse con un nuevo análisis.

    Si se han asegurado las elevadas cifras de colesterol, se debe realizar un estudio lipídico, en el que se comprobarán los siguientes puntos:

    • Hay que comprobar que existe historia familiar de enfermedades cardiovasculares a edades tempranas.
    • Que también existe historia familiar de hiperlipemia positiva.
    • Hay que comprobar la presencia de xantomas y xantelasmas en familiares de primer grado y en el niño.
       

    Objetivos básicos de la dieta

    • Reducir el consumo de grasa saturada.
    • Aumentar el consumo de hidratos de carbono complejos, fibra.
    • En los casos de sobrepeso, bajar el peso hasta conseguir el normal adecuado a la edad y estatura.
    • Conseguir aportar todos los nutrientes esenciales para el crecimiento según las recomendaciones.

    Alimentos a elegir con más frecuencia

    • Hidratos de carbono complejos: legumbres, pan, cereales, arroz, patatas y pasta. Verduras y frutas.
    • Carne magra.
    • Pescados.
    • Consumir aceite de oliva y evitar productos de bollería en los que se utilice aceite de palma ya que es rico en grasa saturada.

    Preparación de los alimentos

    Se debe elegir la fórmula de hervidos, a la plancha y cocidos. Hay que olvidarse de los fritos y de aquellas preparaciones culinarias que requieran gran cantidad de grasa añadida.

    Ver la página de preparación de alimentos de la sección de enfermedades cardiovasculares.


    Control y seguimiento

    La dieta se debe seguir durante, al menos, doce meses. Los fármacos (según diversos autores), no se recomiendan antes de los cinco años, por lo que el control de la hiperlipemia infantil se debe hacer casi exclusivamente desde la dieta. Pero la dieta se puede convertir en una "pesada carga", sobre todo para los niños que siempre quieren comer lo que no deben. Por eso, en la dieta de los niños se debe ser flexible y permitir pequeños excesos, que se pueden establecer como premios por seguir la dieta, durante un periodo de tiempo preestablecido. Esto se hace para evitar que la dieta se abandone. Además se deben enseñar al niño a llevar una alimentación saludable con buenos hábitos alimentarios y a realizar ejercicio físico de forma regular. Es muy importante la educación nutricional y alimentaria del niño. Será más fácil que entienda "lo que puede y no puede comer" si conoce la composición de los alimentos y cómo se relacionan éstos con su problema.
     


    Se puede obtener más información acerca de los diferentes aspectos relacionados con las hiperlipemias en los niños en nuestra sección de enfermedades cardiovasculares.

    Si deseas información clínica detallada acerca de estos puntos, puedes descargar el documento completo en formato PDF con el Protocolo médico de diagnóstico, seguimiento y tratamiento de dislipemias.

    Protocolo médico de diagnóstico, seguimiento y tratamiento de dislipemias (UNED)


     

  • La enfermedad celiaca o celiaquía o enteropatía por sensibilidad al gluten o esprue no tropical, es una enfermedad está producida por la intolerancia al gluten. El gluten es una fracción proteica contenida en el trigo, cebada, avena y centeno. Como consecuencia de la ingesta de gluten, en estos niños se produce atrofia de las vellosidades del intestino delgado. Es decir, el intestino pierde capacidad para absorber nutrientes (malabsorción intestinal) y aparecen los síntomas de la enfermedad: diarrea, desnutrición, irritabilidad, etc.

     

    Tratamiento

    Consiste en eliminar los alimentos con gluten de la dieta. Esta tarea es algo complicada debido a la gran cantidad de alimentos que llevan esta proteína; no se trata sólo de los derivados de los cereales antes mencionados, sino que también gran cantidad de productos manufacturados la llevan: conservas, alimentos empanados, productos de charcutería, algunos yogures, etc. Sin embargo, debido al aumento de la demanda de alimentos de este tipo, existe en el mercado una gran variedad que llevan el certificado del producto sin gluten (sello en el envase), lo que facilita en gran medida la búsqueda de alimentos aptos para el consumo.

    Al ser una intolerancia permanente, la dieta debe mantenerse de por vida.

     

  • Éste es un caso de patología no originada por la alimentación pero en cuyo tratamiento sí está implicada. Esta enfermedad, en cuya descripción no vamos a entrar, se caracteriza por la aparición de crisis convulsivas incontroladas. Generalmente un buen tratamiento farmacológico la corrige y/o controla, pero en algunos casos no es eficaz.

    En los casos de epilepsias infantiles generalizadas secundarias y mioclónicas, en las que el tratamiento farmacológico no ha sido efectivo, se ha comprobado la capacidad anticonvulsivante de una "cetosis mantenida" (estado en el que está aumentado el nivel en sangre de acetona o cuerpos cetónicos) conseguido con la administración de una dieta cetogénica (rica en determinados ácidos grasos).

    Este planteamiento ha llevado a diversos autores a preparar dietas que, aunque dietéticamente desequilibradas, resultan efectivas clínicamente. La efectividad está estrechamente relacionada con la edad, y parece que se debe a un cambio forzado en el metabolismo neuronal.

    Los cuerpos cetónicos actúan sobre determinados neurotransmisores, neuroinhibidores y parámetros neurofisiológicos cerebrales relacionados con la excitabilidad nerviosa, de forma que podrían modificar el umbral convulsivo.


    Tratamiento

    Son tres los modelos propuestos para la elaboración de dietas de estas características:

    1. Dieta cetogénica tradicional: el principal aporte energético se da a partir de grasas saturadas.
       
    2. Dieta cetogénica con MCT: se emplean como grasas los triglicéridos de cadena media.
       
    3. Dieta cetogénica MCT modificada O John Radcliffe II: en la que disminuye la cantidad de grasa utilizada y aumenta el aporte de hidratos de carbono, permitiendo una mayor palatabilidad, que es uno de los principales problemas con los que cuenta esta dieta.

    Se ha comprobado también que el consumo de este tipo de dietas no aumenta significativamente los niveles de colesterol, lipoproteinas y proteínas sanguíneas. El desarrollo ponderoestatural (relación talla/peso proporcional al de los niños de su edad) del niño sometido a esta dieta se ha comprobado que es normal en la mayoría de los casos estudiados. Lo que todavía se desconoce es la repercusión a largo plazo.

    Al ser una intolerancia permanente, la dieta debe mantenerse de por vida.