asignaturas grado en geografía e historia

Asignatura grado en geografía e historia

LOS MUNDOS EXTRAEUROPEOS EN LA EDAD MODERNA

Código Asignatura: 67014201

NOMBRE DE LA ASIGNATURA
LOS MUNDOS EXTRAEUROPEOS EN LA EDAD MODERNA
CÓDIGO
67014201
CURSO ACADÉMICO
2024/2025
DEPARTAMENTO
HISTORIA MODERNA
TÍTULO EN QUE SE IMPARTE
GRADO EN GEOGRAFÍA E HISTORIA
  • GRADUADO EN GEOGRAFÍA E HISTORIA - PLAN 2019
    • CUARTO CURSO
    • SEMESTRE 2
    • OPTATIVAS
  • GRADUADO EN GEOGRAFÍA E HISTORIA - PLAN 2009
    • CUARTO CURSO
    • SEMESTRE 2
    • OPTATIVAS
MICROGRADO EN HISTORIA, CULTURA Y PENSAMIENTO EN LA EDAD MODERNA
  • SEMESTRE 2
  • OPTATIVAS
Nº ECTS
5
HORAS
125
IDIOMAS EN QUE SE IMPARTE
CASTELLANO

  

La Historia de los Mundos Extraeuropeos en la Edad Moderna es una asignatura cuatrimestral optativa de 5 ECTs (125 horas teórico-prácticas) para los alumnos de cuarto curso del Grado en Historia correspondiente al segundo semestre. La materia se imparte a lo largo de los meses comprendidos entre febrero y junio.

El objetivo primordial del curso es presentar un panorama de la historia moderna de los espacios extraeuropeos: Asia, África, América (con una nota sobre el Pacífico), que constituyen un objeto de estudio insuficientemente  tratado en las historias universales de segundo ciclo, muy volcadas justamente en Europa. Como consecuencia, es preciso valorar el carácter sustantivo de las estas sociedades frente a una historiografía eurocéntrica que sólo las tiene en cuenta como meros capítulos de la historia de la expansión europea. A partir de esta constatación, se subrayará el carácter propio de estas formaciones, no como ámbitos exóticos, sino como sociedades simplemente lejanas, pero perfectamente comprensibles y esenciales para obtener una imagen completa de la historia universal. Como último elemento que subraya el interés de la propuesta, estos espacios extraeuropeos además han adquirido en nuestros días un manifiesto protagonismo que no hará sino afirmarse en un futuro inmediato.

De este modo, desde el punto de vista del espacio las unidades didácticas se dividen de forma asimétrica con tres unidades dedicadas a Asia, una unidad dedicada a África y las dos últimas a América. La ponderación se basa en dos razones complementarias: a) la superioridad de nuestros conocimientos sobre el Asia moderna frente a la menor información disponible sobre el África moderna y b) la existencia de una asignatura ya dedicada a la América española entre las ofrecidas por el Departamento, pero sin el correspondiente equivalente para las Américas portuguesa (Brasil), francesa (Canadá, Luisiana, Saint-Domingue), inglesa (Trece Colonias, Jamaica), neerlandesa (Antillas, Surinam) y danesa (Saint-Thomas). En cada de una de las tres secciones, ya dentro del programa, se especificarán los significados concretos de cada espacio y de la compartimentación en el interior de los mismos. Así Asia (tras un capítulo introductorio) se divide en Turquía, Persia, Asia Central,  India, Ceilán, China, Corea, Japón, Siam, Birmania, Laos, Camboya, Vietnam, Indonesia, Filipinas y el área del Cáucaso. Africa se divide, al margen de la introducción general, en Africa septentrional, sudanesa, central, oriental y meridional. Por último, América, dejando aparte el habitual capítulo introductorio, se divide en la América hispana (Antillas, México, Centro América, Venezuela, Perú, sus dependencias (Alto Perú, Quito, Nueva Granada y Chile) y Río de la Plata con Paraguay), la América portuguesa (Brasil), la América francesa (Canadá/Luisiana), la América inglesa (Trece Colonias) y las Américas neerlandesa y danesa, más la apertura al Pacífico del último capítulo.

En lo referente a la cronología, hemos justificado el concepto de Historia Moderna aplicado a los espacios extraeuropeos. Para Asia es la época de los grandes imperios (otomano, safawí, granmogol, chino y japonés) y de la irrupción de los europeos creando el fenómeno llamado de la revolución comercial de Asia. Para Africa, el periodo comprende desde el declive de los últimos imperios hasta la destrucción del continente por la trata impuesta por los invasores europeos y antes de la gran colonización iniciada en el siglo XIX. Para América, se trata esencialmente del periodo colonial en los cuatro ámbitos designados por la colonización europea (más el apéndice del Pacífico que tiene un análogo significado).

La asignatura de Historia de los mundos extraeuropeos en la Edad Moderna se ofrece como una contribución a la difusión del conocimiento de la Historia Universal en su sentido pleno, una vez que se produjo ese proceso que conocemos como primera globalización o primera mundialización. En este sentido, el Área de Historia Moderna es consciente, por una parte, de la necesidad de conceder una atención particular a los mundos extraeuropeos dentro del contexto más amplio de la Historia Universal y, por otra, de la necesidad de estudiar la trayectoria de estos mundos para tener una visión completa de un discurso histórico que muchas veces ha prescindido de estos espacios para concentrarse sólo en Europa dentro de una visión eurocéntrica de la Historia. En este contexto, el acercamiento a la historia de los otros mundos contribuirá a poner las bases del primer fenómeno original de la Edad Moderna: la aparición de una Historia Universal. En efecto, la suma de los descubrimientos geográficos y de la expansión europea consiguiente puso en contacto a diversos mundos que hasta entonces habían vivido sus historias y culturas particulares en perfecto o casi perfecto desconocimiento, teniendo como resultado el derrumbe de unas barreras milenarias y el nacimiento de un solo mundo. Por esta razón, el Área de Historia Moderna se siente obligada a adentrarse en los terrenos de los estudios asiáticos, africanos y americanos, completamente imprescindibles en nuestro mundo global..

La Historia de los mundos extraeuropeos en la Edad Moderna para uso de futuros graduados en Historia apenas si ocupa un espacio marginal dentro de los programas de Historia Universal Moderna de los diversos departamentos universitarios europeos. En España, dejando a salvo el caso de Hispanoamérica, que siempre ha contado con una presencia significativa en el mundo académico (al mismo título que las regiones que formaron parte de los imperios coloniales de Portugal, Francia, Inglaterra o los Países Bajos la tienen en sus antiguas metrópolis), son bien escasas las áreas dedicadas a la investigación del pasado de los restantes continentes, incluso a pesar de que algunos territorios estuvie­ron unidos políticamente a la Monarquía Hispánica durante varios siglos (caso de las Filipinas en Asia, de varios  archipiélagos del Pacífico, de los antiguos presidios y colonias subsaharianas en África e incluso de buena parte de los actuales Estados Unidos).

Incluso cuando se da la situación contraria, es decir cuando alguno de esos países desempeña el rol contrario de invadir los territorios europeos, como es el caso de la Turquía otomana, tampoco la situación experimenta una variación sensi­ble, pues ahora se explica la arremetida militar del enemigo precedida de una breve introducción sobre las bazas que la hicieron posible (la exigencia de la yihad, el gobierno centra­lizado, la próspera hacienda y el ejército de jenízaros), todo ello contemplado desde el lado europeo, es decir prescindiendo de la visión del otro, que sólo se vislumbra a través de los documentos de los diplomá­ticos o de los escritos de los viajeros.

Pues bien, parece llegada la hora de que la investigación europea introduzca como norma necesaria el conocimiento de la historia de los países extraeuropeos como una realidad sustanti­va, que no depende para su existencia del manteni­miento de ningún tipo de contacto con los estados europeos, que no está subordina­da al posible efecto ejercido sobre el Viejo Mundo. Y esta exigencia adquiere mayor valor si cabe para la Historia Moderna, un momento privilegiado, de gran densidad histórica, en que, mientras los países africanos se desarticulan progresivamente por la incidencia de la trata esclavista, los países asiáticos consolidan una economía próspera y bien organizada, constitu­yen estados centralizados y absolutistas, hacen frente al reto de los visitantes europeos (soldados, mercaderes, misioneros) y protagonizan un floreci­mien­to cultural que forma hoy parte del patrimonio de la humanidad.

Esta historia ha de superar necesariamente una serie de obstáculos. En efecto, la investigación tropieza con unas fuentes que se hallan depositadas en archivos lejanos (aunque algunas resulten más accesibles al haberse recogido en repertorios documentales) y que han sido escritas en lenguas también de difícil dominio, aunque en ocasiones entre ellas se encuentren observaciones impresas de visitantes europeos. La bibliografía presenta inconvenientes similares, ya que si la literatura europea puede ser abundante en algunos casos, en otros (particu­larmente en el mundo asiático) hay que recurrir a obras publica­das en idiomas autóctonos que no hn conseguido los honores de la traducción. Del mismo modo, la cronología de los otros mundos desafía las convenciones establecidas en la historia europea, de modo que incluso hablar de una historia moderna para los ámbitos extraeuropeos requiere una previa justificación.

Tales dificultades no deben contrariar, sin embargo, el principio teórico de la necesidad de reconstruir la unidad del desarrollo histórico de la humanidad. Máxime cuando la Edad Moderna representa el momento en que los distintos mundos, hasta ahora separados por la distancia geográfica y la distancia mental, toman contacto y se disponen a configurar un solo mundo. Un mundo recorrido por los viajeros, cruzado por las rutas comerciales, interrelacionado por la circulación de las noticias. Un mundo que está comunicado desde fines del siglo XV a través de un eje que se inicia en el extremo meridional de Europa, llega en dirección a oriente hasta los confines de China y en dirección a occidente, cruzando América y la vasta extensión del Pacífico, hasta las Filipinas, para confluir en el espacio que Pierre Chaunu denominó el Pacífico de los Ibéricos. De este modo, el anhelo de una historia total termina por engendrar una verdadera historia universal.

 De ello se deduce la relación de la asignatura con otras materias de la titulación, siendo patente la interacción con Alta Edad Moderna, Baja Edad Moderna y América Moderna. Mientras que su transversalidad alcanza a la Geografía de los Grandes Espacios Mundiales y a Historia Moderna de España I y II.

Esta materia se centra en las siguientes competencias específicas:

- Capacidad de comprensión y análisis crítico  de los fenómenos acontecidos en los ámbitos extraeuropeos.

- Reconocimiento y valoración de la diversidad de los mundos y sus peculiares formas de expresión.

- Destrezas teóricas para participar en los debates sobre eurocentrismo, multifocalidad y alteridad.

- Capacidad de expresarse correctamente en los principios básicos del devenir histórico, utilizando adecuadamente su léxico y conceptos.

- Habilidades críticas para analizar los hechos históricos y extrapolar secuencias aplicables a la actualidad.

- Dominio básico de la bibliografía y otros recursos/herramientas para acceder al conocimiento sustantivo del periodo histórico denominado Edad Moderna.

- Desarrollo de una disposición ética hacia la tolerancia y respeto a la diversidad.

 

Esta asignatura pretende contribuir, desde el ámbito de estudio que le es propio, a la adquisición por parte de los estudiantes de una serie de competencias y capacidades generales:

- Gestión y planificación autónoma de su tiempo de dedicación a la preparación del programa.

- Desarrollo de habilidades para buscar la información distinguiendo lo relevante de lo secundario y prescindible.

- Organización y jerarquización de la información.

- Manejo adecuado de las fuentes secundarias a su alcance, según su utilidad.

- Conocimiento de las posibilidades que ofrece Internet para ampliar diversas facetas del estudio histórico.

- Conocimiento de los riesgos del uso indiscriminado de Internet ante datos o hechos no contrastados.

- Uso productivo de las TIC.

- Planificación del esfuerzo, rentabilizando el estudio con una lectura comprensiva y no meramente mecánica.

- Control del tiempo para poder llegar hasta el final del programa.

- Aprendizaje de la capacidad de análisis y síntesis de aplicación tanto al estudio como a la redacción de trabajos y pruebas escritas.

- Capacitación para la reflexión y el razonamiento crítico.

- Participación en la interacción entre el equipo docente, tutores y otros estudiantes.

- Desarrollo de una correcta expresión tanto hablada como escrita.