Historia de la masonería en Inglaterra

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Sala VI: La masonería en otros países

LA HISTORIA DE LA MASONERÍA EN GRAN BRETAÑA

Se acepta generalmente que lo que entendemos hoy por masonería nació en Gran Bretaña, especialmente en Escocia, a partir de las viejas logias operarias de los canteros. Entre estas cofradías figura, desde el siglo XIV, la Venerable Compañía de Masones, que en el siglo XVII albergaba un núcleo conocido con el nombre de «Aceptados» en el que podían ingresar otras personas. En efecto, hay en Escocia varios documentos que prueban que las Logias Operativas Masónicas aceptaban como miembros honorarios a individuos no relacionados con el oficio de canteros que, con el tiempo, llegaron a ser estamento predominante de las Logias. De hecho, durante bastante tiempo estuvo vigente una norma por la que al menos dos operarios masones debían estar presentes en el acto de iniciación de un candidato.

La Primera Gran Logia “especulativa” se constituyó el 24 de junio de 1717, cuando cuatro logias de Londres se reunieron en la taberna Goose and Gridiron y formaron la que denominaron Gran Logia de Londres y Westminster. En 1723 se publicaron las Constituciones de Anderson conteniendo sus reglas de organización y principios. El Hermano Anthony Sayer fue elegido como primer Gran Maestre. No obstante, desde 1721 se eligió siempre a un aristócrata. 

Antes de 1738, muchos católicos, incluso sacerdotes, eran miembros de Logias. De hecho, en 1729, el duque de Norfolk, católico practicante, fue Gran Maestre de la Gran Logia Inglesa. En 1738, sin embargo, el Papa Clemente XII publicó la Bula «In Eminenti» en la que condenaba a la masonería. La Bula no tuvo igual eco en Irlanda. Pese a su carácter mayoritariamente católico, la masonería siguió gozando de popularidad entre los irlandeses. Sólo un siglo después, y debido a las fuertes presiones de la jerarquía católica, la Bula entró en vigencia.

En 1751 un grupo de francmasones formó una Gran Logia rival, la Gran Logia de Masones Libres y Aceptados de Inglaterra, argumentando que la Gran Logia creada en Londres había introducido innovaciones y se había apartado de los antiguos linderos de la Masonería. Por este motivo será denominada como la Gran Logia de los antiguos, en contraposición a la Primera Gran Logia que será conocida como la de los modernos. Para esta Gran Logia de los antiguos su Gran Secretario Laurence Dermott, compiló unos estatutos que denominó Ahiman Rezon, nombre hebraico que viene a significar “Una ayuda a un Hermano”.

 

Las rivalidades entre ambas Obediencias se mantuvieron hasta que se unieron el 27 de diciembre de 1813 de la mano de sus respectivos Grandes Maestros, los duques de Sussex y de Kent, hijos ambos del rey Jorge III. La nueva organización se denominó Gran Logia Unida de Inglaterra, que es la que pervive en la actualidad. El duque de Sussex fue su primer Gran Maestro. Actualmente, es el Príncipe Eduardo, Duque de Kent, quien ejerce como Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

 

Gran Logia Unida de Inglaterra suele ser considerada como el principal referente mundial de la corriente masónica que se denomina regular, para distinguirla de la que admite la presencia de mujeres en la masonería y no establece para sus miembros la condición de creer en Dios o en un Ser Supremo y el juramento sobre un libro de la Ley Sagrada. Es aceptado por la generalidad de las Obediencias masónicas que la denominada regularidad de origen emana de la primitiva Gran Logia de Londres y Westminster. En este sentido, las Obediencias que se consideran regulares habrían recibido su carta patente directamente de esta Gran Logia o transmitida a través de otras Obediencias intermedias, cuyo primer eslabón sería la Gran Logia de Londres y Westminster.

Extractado de: S. Vatcher (Ex Gran Maestre de la Logia Quatuor Coronati nº 2076 E. C. de Londres), “La historia de la Masonería en Gran Bretaña”, en José A. Ferrer Benimeli (coord.), La Masonería, Historia 16, Extra IV- Noviembre 1977, pp. 95-100.   

 

 

Bibliografía: Javier Alvarado Planas, Monarcas masones y otros príncipes de la Acacia, editorial Dykinson, Madrid, 2017, volumen I.