Asignaturas - Máster 220601

Asignaturas - Máster universitario en investigación en psicología (plan 2016)

APLICACIÓN DE LAS TIC EN LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES

Código Asignatura: 22206047

PRESENTACIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

APLICACIÓN DE LAS TIC EN LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON NIÑOS Y ADOLESCENTES
22206047
2024/2025
TÍTULOS DE MASTER EN QUE SE IMPARTE MÁSTER UNIVERSITARIO EN INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA (PLAN 2016)
CONTENIDOS
5
125
ANUAL
CASTELLANO

CONTEXTUALIZACIÓN:  La asignatura Aplicación de las TIC en la Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes, se centra en aspectos relacionados únicamente con el desarrollo de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y su aplicación al campo de la psicología clínica infantojuvenil y, concretamente consideramos entre sus objetivos fundamentales la aplicación de las TIC en el marco de la psicopatología y la intervención psicológica de los trastornos de la infancia y la adolescencia, en particular, de los trastornos emocionales (trastornos asociados a la ansiedad y la depresión, fundamentalmente).  Los trastornos emocionales son los trastornos más prevalentes en la sociedad actual, lo cual ha suscitado y suscita en los científicos un interés particular por su estudio e investigación.

El ámbito de la investigación en psicopatología y psicología clínica es extremadamente amplio en el momento actual, y en los últimos años se han venido desarrollando nuevas formas de abordar los trastornos psicológicos, tanto desde el punto de vista teórico como aplicado, merced a la aplicación de las TIC. Aunque la aplicación de las TIC en el campo de la salud (tanto física como mental) no es algo nuevo, en los últimos años se han producido importantes desarrollos que han revolucionado las formas de aplicar los tratamientos psicológicos a muchos de los trastornos mentales, entre los que se incluyen el uso de ordenadores personales, tabletas electrónicas, teléfonos móviles (los modernos teléfonos Smartphone constituyen auténticos ordenadores móviles), la realidad virtual e internet.

La aplicación de las TIC, por ejemplo el tratamiento online, permite el uso de diversas herramientas que pueden ser de gran utilidad para maximizar la intervención psicológica, con importantes ventajas sobre la aplicación de tratamientos mediante procedimientos tradicionales, entre las que se incluyen un mejor acceso y control de la exposición exteroceptiva (por ejemplo, mediante el uso de la realidad virtual), acceso de población a distancia (sin necesidad de acudir a un tratamiento cara-a-cara, más costoso y de más difícil acceso), mayor cobertura de acceso, mayor continuidad en la atención al paciente, menor estigmatización, una mejor difusión de la información, y múltiples formas de acceso (correo-e, alertas, etc.).

En los últimos años se ha incrementado el desarrollo de tratamientos online para gran parte de los principales trastornos mentales, tanto dirigidos a población adulta como a niños y adolescentes. Entre los diversos tipos de trastornos caben mencionarse los trastornos emocionales (trastornos de ansiedad y trastornos depresivos). Ambos tipos de trastornos son muy prevalentes en la población y siempre han suscitado un gran interés. Se ha demostrado que los tratamientos basados en el uso de las TIC (terapias online y terapias basadas en realidad virtual) son aptos para ser aplicados a la mayor parte de los trastornos emocionales. El campo de aplicación en niños y adolescentes es un campo de enorme interés actual en este sentido, dado que pueden implementarse tratamientos online que resultan especialmente atractivos para este tipo de población y, por otra parte, porque pueden aplicarse intervenciones de tipo preventivo a las que pueden acceder fácilmente los niños y los adolescentes. La presente asignatura se centra principalmente en el tratamiento basado en las TIC en población de niños y adolescentes.

En otro orden de cosas, diversos estudios epidemiológicos han demostrado la elevada comorbilidad que existe entre los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos, así como la presencia de altas tasas de prevalencia de ambas patologías en niños y adolescentes. En concreto, algunos autores [Sandín, Chorot y Valiente (2012): Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 17, 185-203], han indicado que las semejanzas entre los trastornos de ansiedad y la depresión son mayores que las diferencias, y la evidencia clínica y epidemiológica suele indicar que alrededor del 50% de los sujetos comparten un diagnóstico primario de trastorno de ansiedad con los criterios de diagnóstico de algún trastorno depresivo. De la misma forma, tales condiciones de elevada co-ocurrencia pueden observarse a nivel subclínico atendiendo a la sintomatología de los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos.

En el ámbito clínico, la mayor parte de los tratamientos psicológicos de los trastornos emocionales se dirigen a trastornos específicos, actuando generalmente a espaldas de la elevada comorbilidad que ha sido constatada sistemáticamente entre dichos trastornos. En consecuencia, la terapia basada en la evidencia dirigida a trastornos específicos no contempla la presencia de la comorbilidad, lo cual supone una de sus principales limitaciones, dado que se requiere la aplicación secuencial de varios protocolos a un mismo paciente, teniendo en cuenta que lo más común es que éste reúna los criterios para el diagnóstico de otros trastornos emocionales comórbidos.

Recientemente se ha propuesto un enfoque psicológico innovador para abordar el tratamiento de los trastornos emocionales basado en el transdiagnóstico [para una presentación comprensiva sobre el transdiagnóstico, véase Sandín et al. (2012): Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica, Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 17, 185-203; Sandín (2012): Transdiagnóstico y psicología clínica: Introducción al número monográfico. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 17, 181-184]. Desde el punto de vista psicopatológico, el transdiagnóstico consiste en entender los trastornos mentales sobre la base de un rango de procesos cognitivos y conductuales etiopatogénicos causales y/o mantenedores comunes a grupos consistentes de trastornos mentales. A este respecto, el transdiagnóstico, aunque se basa en una concepción dimensional de la psicopatología, consiste más en una integración entre ambos enfoques que en un rechazo de la clasificación categorial.  Actualmente se han referido en la literatura numerosos factores que podrían actuar como procesos transdiagnósticos comunes a los trastornos emocionales, entre los que se incluyen el perfeccionismo, el afecto positivo y negativo, la atención autofocalizada, la incontrolabilidad/impredecibilidad, la evitación emocional, la intolerancia a la incertidumbre, la sensibilidad a la ansiedad, las diversas estrategias de regulación emocional, y distintos procesos relacionados con la atención, la memoria el razonamiento, el pensamiento y la conducta (Sandín, et al., 2012: Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 17, 185-203).

La TCC basada en el transdiagnóstico, i.e., TCC transdiagnóstica (TCC-T), se centra en los conceptos psicopatológicos transdiagnósticos comunes a diversos trastornos, y su progreso ha implicado el desarrollo de nuevos protocolos de tratamiento no focalizados en trastornos específicos sino en conjuntos de trastornos (p.ej., los trastornos emocionales), dando lugar a protocolos integrados o unificados de intervención (Vease Sandín et al., 2019: Protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales en adolescentes a través de internet (iUP-A): Aplicación web y protocolo de un ensayo controlado aleatorizado. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 24, 197-215). Partiendo de este enfoque, la TCC-T ha sido definida como una forma de terapia destinada a individuos que presentan múltiples diagnósticos (elevada comorbilidad), no a individuos con un solo trastorno. La característica esencial en un tratamiento transdiagnóstico no radica en su modalidad de aplicación (individual vs. grupal), sino que la intervención aborde primariamente procesos etiopatogénicos (factores causales de vulnerabilidad y/o mantenimiento) comunes a más de un trastorno (p.ej., común a los trastornos emocionales).

Aunque existen diversos protocolos para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales, el que posee mayor grado de aceptación, consistencia teórica y validación empírica es el protocolo unificado (UP) elaborado por Barlow et al. (2011) para población adulta.  Partiendo del protocolo de Barlow, el grupo de Ehrenreich-May de la Universidad de Miami (Ehrenreich-May et al., 2018; Ehrenreich-May, Bilek, Queen y Hernández-Rodríguez, 2012), desarrollaron dos versiones del UP para ser aplicados a la población infantojuvenil: (1) el Unified protocol for transdiagnostic treatment of emotional disorders in children (UP-C), y (2) el Unified protocol for transdiagnostic treatment of emotional disorders in adolescents (UP-A) [recientemente traducidos y adaptados al español: Ehrenreich-May et al., 2020, 2021, 2022]. Los protocolos pueden ser aplicados a niños (UP-C) o adolescentes (UP-A) con múltiples tipos de trastornos emocionales, ya que no se focalizan en ningún tipo específico de trastorno emocional. Ambos protocolos consisten en un tratamiento cognitivo-conductual transdiagnóstico focalizado en la emoción y en la regulación emocional que integra técnicas de intervención cognitivo-conductual basadas en la evidencia, estando especialmente indicado para niños y adolescentes que presentan múltiples trastornos emocionales o síntomas mixtos o subclínicos de varios trastornos emocionales. En este caso, la intervención aborda mecanismos comunes a los trastornos emocionales (trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, y otros trastornos relacionados) que están implicados en la elevada comorbilidad, especialmente los relacionados con el neuroticismo o afecto negativo (variable temperamental implicada en el desarrollo de los trastornos emocionales). Los niños y adolescentes con elevados niveles de afecto negativo tienden a experimentar las emociones negativas con elevada intensidad, tales como el miedo, la ansiedad, la tristeza o la ira, y a sentirse con excesivos niveles de malestar emocional. Por ello, uno de los principales objetivos de estos protocolos consiste en reducir estas respuestas, así como también el malestar emocional asociado.

Aunque la TCC aplicada cara-a-cara, bien en formato individual o grupal, ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de los trastornos emocionales, no está exenta de algunos problemas importantes. En este sentido, una forma de terapia emergente, desarrollada especialmente durante la última década consiste en la TCC aplicada a través de internet (iTCC). A través de diferentes estudios se ha demostrado que la eficacia y el coste-efectividad de la iTCC para los trastornos de ansiedad y la depresión media o moderada no es inferior a los tratamientos de TCC validados empíricamente. De la misma forma, se ha constatado que la iTCC transdiagnóstica (iTCC-T) posee niveles de eficacia sobre los trastornos emocionales (ansiedad y depresión) similares a los referidos para la iTCC.

En el marco de la terapia transdiagnóstica por internet, el grupo de Bonifacio Sandín (UNED), ha desarrollado la plataforma Aprende a Manejar Tus Emociones (AMTE)” como una aplicación web para adaptar el protocolo UP-A a un formato aplicable a través de internet (i.e., el iUP-A). AMTE es un programa interactivo auto-administrado vía internet diseñado para el tratamiento de los trastornos emocionales en adolescentes. La aplicación incluye tres portales, i.e., un portal principal (portal usuario) y dos portales complementarios (portal padres y portal terapeuta). El portal usuario integra los componentes principales del programa a través de cinco herramientas básicas: Módulos, Tareas, ¿Cómo estoy?, Diario, y Mis progresos. Incluye también los protocolos de evaluación pre-tratamiento, post-tratamiento y seguimiento (a los 3-, 6- y 12-meses después de finalizar el tratamiento). La aplicación incluye los 8 módulos, los cuales van dirigidos primariamente al tratamiento de los siguientes trastornos (o síntomatología) emocionales: trastorno de ansiedad de separación, trastorno de ansiedad social (fobia social), trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, agorafobia, fobia específica, otros trastornos de ansiedad especificados o no especificados, trastorno depresivo mayor, trastorno depresivo persistente (distimia), y otros trastornos depresivos especificados o no especificados. Secundariamente, el programa también puede ser de ayuda  complementaria para el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de estrés postraumático. Los módulos incluyen la información nuclear del programa y mediante ellos se pretende enseñar al adolescente los conceptos básicos y necesarios para adquirir las estrategias adaptativas de regulación emocional (una descripción más amplia del programa de los modulos de que consta, puede obtenerse en Sandín et al., 2019, Protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales en adolescentes a través de internet (iUP-A): Aplicación web y protocolo de un ensayo controlado aleatorizado, en Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 24, 197-215).