Víctor Balaguer (1824-1901)

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Sala V: Historia de la masonería en España

VÍCTOR BALAGUER (1824-1901)

Víctor Balaguer Cirera (1824-1901), barcelonés cosmopolita formaba parte de la burguesía liberal catalana inmersa dentro del moviendo cultural nacionalista que no pierde de vista a España y que siente como propia la monarquía constitucional. Balaguer no deja de lado su actividad política progresista y su deseo de vindicar a sus compañeros. Si primero vindicó a Espartero, después a Prim, y es en esta línea en la que escribe en 1860; Prim: vida militar y política de este general, o sus: Jornadas de gloria o los españoles en África. Su obra escrita es inmensa y ya en vida estaba compilada en 37 volúmenes. Balaguer se consolida como historiador a partir de la publicación en varios volúmenes de Historia de Cataluña y de la Corona de Aragón, entre 1850 y 1863, y ya en 1896 su Instituciones y reyes de Aragón.

La ideología política de Víctor Balaguer a favor de la descentralización, a pesar de su moderación, le supuso la tacha de independentista, cosa que nunca fue, ya que siempre contempló a Cataluña y a Aragón con relación a la idea de España.

En 1865 Víctor Balaguer partió hacia el destierro al vinculársele al golpe de Valencia y a causa de la entrad de Narváez en el poder. La revolución de Septiembre sorprendió a Balaguer en la Provenza. Rápidamente acude a Barcelona donde forma parte del Junta Revolucionaria de octubre. Inmediatamente es nombrado presidente de la Diputación Provincial y Presidente de la Junta de Instrucción Pública de la Provincia de Barcelona.

El 8 de octubre de 1868 se había formado el nuevo gobierno en Madrid, presidido por Francisco Serrano Domínguez, y con Manuel Silvela en la cartera de Estado y Práxedes Mateo Sagasta como Ministro de Gobernación.  Balaguer en julio de 1869 fue nombrado Director General de Estadística y a la vez era Diputado. Partió con otros diplomáticos españoles hacia Italia el 24 de noviembre de 1870 para acompañar al Duque de Aosta a Cartagena. Pero la muerte violenta de Prim ensombreció los buenos augurios que parecían acompañar la monarquía de Amadeo I. Ya sólo, Balaguer pasa de la Dirección General de Correos y Telégrafos al Ministerio de Ultramar (octubre-diciembre de 1871). Pasó efímeramente por el Ministerio de Fomento en el gobierno de Francisco Serrano (mayo 1872), y con Serrano Bedoya volverá a Ultramar en enero-mayo de 1874.

Con motivo del nuevo Gobierno de Martínez Campos, Balaguer dimitió como presidente del Tribunal de Cuentas (enero 1875) para mostrar su descontento, también de la Presidencia del Consejo de Instrucción Pública y como vicepresidente del Congreso.

Bajo la Restauración volvería a Ultramar en octubre de 1889 hasta junio de 1888, con la presidencia de Práxedes Mateo Sagasta. En esta última etapa de ministro de Ultramar condenó a los independentistas filipinos y cubanos y defendió los intereses comerciales de la Península. Son de esta época dos de sus folletos más bélicos: ¡Por España y para España!, y Filipinas por España, ambos de 1896. Su idea era convertir las colonias en simples provincias españolas que dependieran, no del Ministerio de Ultramar, sino de la administración ordinaria española.

Balaguer entró en la masonería de la mano de Prim en 1868. Balaguer será nombrado Inspector General del Gran Oriente de España poco tiempo después. En 1883 pertenecía a logia Patria de Barcelona, usando el nombre simbólico de Tamarit.

Cabe destacar su labor al frente del Consejo de Instrucción Pública en el que trabaja desde noviembre de 1881 hasta su dimisión en mayo de 1882, creando el Patronato General de las Escuelas de Párvulos. La novedad es que para este fin, Balaguer incorporó a dos mujeres, las pedagogas Carmen Rojo, directora de la Escuela Normal, y a Concepción Arenal. Naturalmente, como progresista, liberal y masón, concebía la enseñanza como pública, integral, coeducadora, gratuita y laica para niños entre los 3 y los 7 años de edad.

Balaguer además crea el Museo de Instrucción Primaria para preparar a los educadores mediante cursos para profesores, biblioteca especializada, reuniones y conferencias, difusión de las ideas europeas y un largo etcétera.

Con la vuelta al partido liberal, Balaguer vuelve a presidir el Consejo de Instrucción Pública, redactando un borrador destinado a la creación de un Ministerio de Instrucción Pública, con el apoyo de su amigo Sagasta, también masón. Así, en mayo de 1886 se suprimía el Ministerio de Fomento y se creaba el Ministerio de Instrucción Pública, Ciencias, Letras y Bellas Artes, y un ministerio independiente, llamado ahora de Obras Públicas, Agricultura, Industria y Comercio que correspondía al antiguo de Fomento. La educación parecía que dejaba de ser parte de un presupuesto minoritario para ser tenida en cuenta como base de formación del país.

Extractado de: Dolores Marín Silvestre (Universidad de Barcelona), “Víctor Balaguer: cosmopolitismo, progreso y ciencia”, en J. A. Ferrer Benimeli, (coord.), La masonería española en la época de Sagasta, XI Symposium Internacional de Historia de la Masonería Española, Logroño, 2007, vol. I, pp. 471-485.