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Los neandertales recorrían más de 400 km para obtener sílex

Un estudio liderado por José Manuel Maíllo Fernández, profesor de Prehistoria y Arqueología de la UNED, demuestra que los neandertales de la cueva de El Castillo (Cantabria) se abastecían de sílex a más de 400 kilómetros de distancia. La investigación, publicada en Journal of Human Evolution, implica un cambio de paradigma sobre la movilidad y el territorio social de estos grupos humanos del Paleolítico medio.
04/09/2025
Mapa de procedencia del sílex hallado en la cueva de El Castillo (Cantabria)

 

¿Hasta dónde eran capaces de desplazarse los neandertales para conseguir materias primas? Esta es la pregunta a la que responde un estudio dirigido por los investigadores de la UNED José Manuel Maíllo Fernández y Juan Marín Hernando, junto con Diego Herrero Alonso, de la Universidad de Vigo, y otros colaboradores. El trabajo analiza el origen del sílex hallado en cinco niveles musterienses de la cueva de El Castillo (Puente Viesgo, Cantabria), ocupados por grupos neandertales hace entre 70.000 y 45.000 años.

 

El hallazgo más sorprendente es la identificación de sílex procedente de Tercis (Landas, Francia), a 427 km del yacimiento. “El descubrimiento de fuentes de materias primas tan lejanas ha supuesto una sorpresa en la investigación, puesto que esperábamos una distancia máxima de un centenar de kilómetros”, explica Maíllo. “No pensábamos encontrarnos con sílex proveniente de más de 150 km y lo hemos hallado tanto en Asturias y Treviño como en Tercis, cuyo origen está a 420 km de distancia y supone el lugar de aprovisionamiento más lejano que conocemos para los neandertales en toda Eurasia”.

 

Además del sílex francés, el equipo ha identificado piezas procedentes del centro de Asturias (246 km) y la cuenca del Ebro (169 km) “Que haya tantos tipos de sílex tan lejanos nos hace inferir que los neandertales tenían un ‘territorio social’ mucho más amplio de lo que pensábamos, de unos 600 km de longitud”, señala el investigador de la UNED.

 

En concreto, la identificación de sílex de Tercis (427 km de distancia) implica contactos entre toda la cornisa cantábrica y el norte de los Pirineos; el sílex de Treviño, a 169 km al sureste, implica contactos con los grupos neandertales de la cuenca del Ebro y el paso de la cornisa cantábrica, y los sílex de origen asturianos (Portillas, Piedramuelle y radiolarita Alba) y vascos (Flysch) refuerzan la idea de conexión entre los grupos neandertales de la cornisa cantábrica.

 

El equipo de Maíllo, durante la excavación

 

Otro de los aspectos destacables del estudio es el tratamiento especial que los neandertales daban al sílex frente a otras materias primas locales. “Hemos observado cómo al sílex, en general, se le trata de una manera más cuidada que al resto de las materias primas que emplearon. Un porcentaje significativo de las piezas son lascas de reavivado, lo que implica que estas herramientas no se abandonaban en el yacimiento, sino que los neandertales se las llevaban para seguir usándolas en otros lugares”, explica el director de las excavaciones.

 

El análisis ha contado también con la colaboración de las investigadoras predoctorales Irene González Molina y Natalia Abellán Beltrán, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED. Gracias a este trabajo interdisciplinar, “se abren nuevas vías de investigación sobre la territorialidad y el contacto social entre los neandertales del norte de la península ibérica”, concluye Maíllo.