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Un ejemplo de perseverancia: Miren Jaione, excelencia académica a cualquier edad en la UNED

Siempre hay tiempo para escribir nuestra propia historia. La juventud no es el único momento para comenzar; a veces, tras décadas de experiencia, la vida nos presenta nuevos retos que asumimos sin miedo ni excusas. Miren Jaione, galardonada con el premio al mejor expediente del Grado en Estudios Ingleses, es un claro ejemplo de ello. Tras más de treinta años vinculada profesionalmente a ERESBIL (Archivo Vasco de la Música), decidió que era el momento de regresar a las aulas.
09/07/2025

Con una licenciatura previa en Filosofía y un compromiso constante con su formación, se matriculó en este Grado en UNED Bergara. Lo hizo con una planificación meticulosa y una determinación admirable. Su trayectoria ha culminado con un expediente brillante, merecedor de un premio que ha recogido con una sonrisa de satisfacción.

 

La decisión llegó después de un verano en Manchester. Fue entonces cuando el idioma, la literatura y la cultura de Gran Bretaña dejaron de ser solo herramientas o aficiones para convertirse en una pasión académica. Lo que empezó como el deseo de mejorar su nivel de inglés se transformó, gracias a la UNED, en una inmersión completa en la historia, la literatura y la identidad de ese país. "Tuve más tiempo libre tras la marcha de mis hijos", cuenta, "y me pareció una oportunidad maravillosa para seguir formándome". Así empezó un viaje de años, de tardes de estudio tras el trabajo, de lecturas profundas, de planificación rigurosa y de disfrute intelectual.

 

Considera que su experiencia ha sido estupenda. “He podido disfrutar de cada asignatura, de cada tema y de cada lectura. Para mí, la mayor ventaja del modelo de enseñanza que ofrece la UNED es que te da la posibilidad de adaptar el ritmo de tus estudios a tu situación personal. Gracias a ello, he podido compaginarlos con un trabajo a tiempo completo y con mis responsabilidades familiares”.

 

Considera que mantener una férrea disciplina diaria de estudio autónomo no siempre es fácil, pues obliga a realizar una buena planificación del tiempo, establecer objetivos claros y realistas y, sobre todo, mantener la motivación, pero sin duda una de las claves de su éxito ha sido esa organización que se impuso desde el principio: revisar guías docentes en verano, leer con antelación las obras literarias, combinar asignaturas según su carga lectiva y mantener una rutina constante. También ha sacado partido a los recursos de la UNED: las tutorías presenciales del centro de Bergara, los foros académicos, los materiales cuidadosamente diseñados. En sus palabras, "la UNED está muy bien estructurada, y eso ayuda a sostener la motivación en los momentos difíciles".

 

Valora especialmente, los foros académicos de las asignaturas, donde participan profesores y compañeros para plantear cualquier duda y debatir ideas, lo que resulta enormemente provechoso para romper esa soledad que, a veces, implica el estudio a distancia.

 

Su Trabajo de Fin de Grado es una muestra de esa madurez investigadora. Lo dedicó a The Grapes of Wrath (Las uvas de la ira), la emblemática novela de John Steinbeck. ¿Cómo aportar algo nuevo sobre una obra tan analizada? La respuesta vino de la intuición y la lectura profunda: Miren exploró el potencial modernista del texto, un rasgo habitualmente ignorado por la crítica, y además propuso una lectura ecosocial de la novela, destacando la interdependencia entre el ser humano y la naturaleza. En tiempos de crisis climática y reflexión ecológica, esa interpretación cobra una fuerza renovada. "La literatura puede ser una herramienta poderosa para la conciencia social", afirma.

 

Pero si hay algo que retrata su paso por la UNED con precisión, es una anécdota que mezcla despiste, tensión y épica académica. Fue el día del examen de Literatura norteamericana. Subió confiada al autobús en San Sebastián… pero no era el que iba a Bergara, sino a Vitoria. El resto es una odisea digna de relato: carrera contrarreloj en taxi, falta de cobertura para pagar, llegada in extremis, nervios, sudor, media hora menos de examen… y matrícula de honor. “La más sudada —y celebrada— de mi vida”, comenta divertida. Un ejemplo perfecto de cómo incluso los errores pueden acabar en triunfo si hay constancia, temple y pasión.

 

A sus casi 63 años, Miren no tiene intención de parar. Ya ha puesto la vista en el Máster en Estudios Literarios y Culturales Ingleses, que quiere cursar con la misma planificación minuciosa que aplicó al grado. No hay prisa, pero tampoco pausa. Porque para quienes aman el conocimiento, la edad no es un obstáculo, sino un capital.

 

Desde la serenidad que dan los años y la energía que da el entusiasmo, lanza un mensaje a los futuros estudiantes de la UNED: que se organicen, que sean realistas, que se lo tomen en serio. Pero, sobre todo, que se atrevan. "Han tomado una gran decisión", afirma. Como ella, que un día decidió volver a estudiar y, sin saberlo, estaba empezando una nueva etapa de su vida: más rica, más plena.