asignaturas grado en lengua y literatura españolas

Asignaturas grado en lengua y literatura españolas

LITERATURA HISPANOAMERICANA: SIGLOS XVI-XIX

Código Asignatura: 64012118

NOMBRE DE LA ASIGNATURA
LITERATURA HISPANOAMERICANA: SIGLOS XVI-XIX
CÓDIGO
64012118
CURSO ACADÉMICO
2024/2025
DEPARTAMENTO
LITERATURA ESPAÑOLA Y TEORÍA DE LA LITERATURA
TÍTULO EN QUE SE IMPARTE
GRADO EN LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS
CURSO
SEGUNDO CURSO
SEMESTRE 2
OBLIGATORIAS
Nº ECTS
5
HORAS
125
IDIOMAS EN QUE SE IMPARTE
CASTELLANO

 

 

  1. PRESENTACIÓN   

 

Es esta una asignatura de segundo curso del Grado en Lengua y Literatura Españolas que se imparte en el segundo semestre.Tiene carácter de asignatura básica y los créditos asignados son 5.

            Sus objetivos fundamentales son:

-          Conocer una parte fundamental de la literatura hispanoamericana, cual es la de sus orígenes y evolución hasta el advenimiento del Modernismo.

-          Prepararse para profundizar en esta parte de la historia de la literatura hispanoamericana.

-          Adquirir una serie de herramientas de análisis de textos literarios que capaciten para cumplir los objetivos generales de este Grado.

-          Eliminar en lo posible los estereotipos culturales que rigen nuestra disciplina, derivados de la ignorancia del mundo americano, de su historia y de su cultura.

-          Mostrar la unidad y pluralidad cultural de este mundo, al que, no obstante la evidencia de su complejidad, seguimos presentando como un todo unitario, uniforme y ajeno a nuestra historia, salvo en el momento “heroico” de la Conquista y el ignorado de la Independencia.

-          Conocer las obras literarias que supusieron un hito cultural en su momento y constituyen paradigmas clásicos de la Literatura Hispanoamericana anterior al Vanguardismo y a la Modernidad.

-          Formar una idea aproximada del proceso histórico-cultural seguido en “Nuestra América”, a través de la lectura de estas obras.

-          Sensibilizar al alumno en la necesidad de recuperar nuestro común pasado histórico.  

-          Disciplinarlo en la confección de un fichero particular de lectura, que todo profesional debe de poseer.

 

2.- CONTEXTUALIZACIÓN

Literatura Hispanoamericana I se inscribe, como asignatura básica de segundo curso, dentro de la materia de HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA DESDE EL SIGLO XVI HASTA EL SIGLO XIX y se ocupa de las obras histórico-literarias hispanoamericanas producidas durante los siglos XVI – XIX (incluye también el estudio del Modernismo que, aunque se inicia en la centuria anterior, tendrá también un importante recorrido en el s. XX). Es, por tanto, la primera de las dos asignaturas que ha de cursarse en esta materia (la otra es Literatura Hispanoamericana Contemporánea, que incluirá el desarrollo de la literatura en Hispanoamérica durante los siglos XX y XXI) y ha de proporcionar, o insistir, en las bases necesarias para el desarrollo de las habilidades y destrezas que se exigirán al estudiante para ir avanzando en su formación. Pero, sobre todo, los conocimientos básicos de esta asignatura han de servir para el aprovechamiento óptimo de cuanto ha de aprender y conseguir en la disciplina Literatura Hispanoamericana a lo largo de su carrera.

Su contenido abarca el apasionante itinerario espiritual que lleva de la Conquista a la Independencia, en su doble vertiente política y cultural hacia una sociedad incipiente, en cuyo seno anida de forma permanente el germen de la división desde su cúspide (criollos y peninsulares, hasta el siglo XIX; sus descendientes después) hasta su base (indios, negros y castas diversas). Se inicia con el impacto que el Descubrimiento de América produjo en el imaginario colectivo del Occidente europeo y la necesidad que generó en las diversas cancillerías de conocer esa nueva realidad descubierta por Colón, a la que se asoció con los ideales de la Utopía, con lo adánico y  con lo virginal (la “Edad Dorada”), pero también con las exigencias comerciales del mercantilismo económico europeo, en pleno desarrollo.

Por otra parte, la Conquista supuso en sus inicios un conflicto de gentes diversas y de formas antagónicas de vida como no se había dado antes en la Humanidad. No es extraño que López de Gómara la viera, en su Historia General de las Indias, como “la mayor cosa que sucedió en el mundo desde su creación, después de la venida del que lo creó”. La mezcla de deseos de aventuras, de propagación de la fe católica, urgida por las ideas milenaristas de los franciscanos, de un lado, y de ansias de riqueza, del otro, determinó extremos en los que la brutalidad y la heroicidad excelsa fueron de la mano. Tampoco faltaron muestras de asimilación del conquistador a las culturas aborígenes, como ejemplifica el caso del soldado Jerónimo de Aguilar (entre otros) que cuenta Bernal Díaz del Castillo; horadadas sus orejas y vestido a la usanza indígena, se había transformado en un cacique cuando Cortés desembarca en México, y se convierte en su traductor imprescindible hasta su unión con Doña Marina (“La Malinche”). A esta riqueza responde, sin duda, la enorme floración de cartas, relaciones, crónicas e historias, que constituyen un apartado excepcional de la historia del pensamiento occidental.

Asentada la Conquista sobre una sociedad estamental fuertemente jerarquizada, los españoles impusieron sus instituciones, costumbres y gustos literarios, trasladando a América los de la Península. La actividad poética y dramática, abundante desde el principio, aumentó a medida que se consolidaban las distintas ciudades coloniales como centro irradiador de cultura. Santo Domingo gozó de una brillantez inicial, como consecuencia de convertirse en la principal base de operaciones en el Caribe, hasta el punto de que en 1538 albergaba en su suelo la primera universidad americana con el pomposo título de “Imperial y Pontificia”. Pero pronto fue opacada por las metrópolis de los grandes imperios conquistados e inició su despoblación y decadencia. México y Lima, con sus cortes virreinales, sus imprentas y sus universidades (fundadas ambas alrededor de 1551) se convirtieron en los lugares privilegiados de la actividad intelectual que, desde estos momentos y hasta la Independencia, discurrió en paralelo con la que se desarrollaba en España, aunque reflejara, como no podía ser de otro modo, las tensiones derivadas de la creación de una sociedad nueva y abigarrada en el marco de una realidad física diferente. La Literatura Hispanoamericana de los siglos XVI-XVIII fue fiel reflejo de esas tensiones. La poesía, la prosa y el teatro recogieron –en distinta medida- los testimonios de una creación que, bajo modelos hispanos, cuestionaba, más o menos conscientemente, el discurso de la metrópoli y elaboraba paulatinamente los argumentos de un discurso legitimador de poder que llevaría a la proclama independentista en las últimas décadas del siglo XVIII.

A partir de la Independencia la Literatura Hispanoamericana, que estaba marcada por su condición de virreinal o colonial, inicia la búsqueda denodada e incesante del ser americano y de su originalidad literaria. Dicho anhelo, de índole romántica, se concretó a la postre en una fuerte imitación de los modelos europeos, de cuyo prestigio no supieron evadirse los escritores hispanoamericanos decimonónicos hasta el Modernismo. Constituyó éste un poderoso movimiento renovador, de ámbito continental, que irradió su personalidad sobre el continente europeo, especialmente sobre España. Fue esencialmente poético (aunque no exclusivamente poético) e individualista, renovó formalmente la poesía y la prosa hispánicas a ambos lados del Atlántico y auspició el florecimiento de la gran Literatura Hispanoamericana actual.