Cien años de cuántica, o cómo estar vivo y muerto a la vez
En asuntos humanos comprendemos perfectamente que hay preguntas a las que no se puede dar una respuesta en términos de sí o no. La gran sorpresa fue darnos cuenta de a que la propia Naturaleza también le sucede lo mismo. En 1925, Werner Heisenberg y Erwin Schrödinger encontraron dos maneras diferentes de explicar las extrañas observaciones que se acumulaban sobre el mundo atómico. Ambas maneras demostraron ser equivalentes, y constituyen lo que llamamos mecánica cuántica.
El concepto clave es el principio de superposición. Pensemos en cualquier objeto físico y en los diferentes estados en los que se puede encontrar. Por ejemplo, la luz de un semáforo puede estar en rojo o en verde. ¿Y por qué no en ambos estados a la vez? Eso es, precisamente, una superposición de estados. Por supuesto, ambos estados pueden tener diferentes pesos, digamos un 80% en rojo y un 20% en verde. O puede aparecer un tercer estado, como el ámbar. Un vehículo que llega al semáforo, por lo tanto, también estará en dos estados diferentes: vehículo que cruza o vehículo que se detiene. Como vemos, la superposición se propaga rápidamente de un objeto a todos los que interactúan con él, haciendo la física mucho más complicada, pero también mucho más divertida. [Leer+]