Necesidades de nutrientes

¿Es necesario un mayor aporte nutricional durante el embarazo?

Determinar las necesidades y requerimientos de nutrientes en una persona no es fácil. El método más fiable para hacer esta valoración, consiste en inducir un déficit, bajo estricto control médico, y luego aportar cantidades del nutriente hasta conseguir elevar los niveles a los normales del individuo. Este método no parece éticamente aceptable para la población gestante. De forma que los requerimientos y recomendaciones se han establecido mediante estimaciones indirectas. Es decir, se determinan las carencias que aparecen a lo largo del embarazo y que se evidencian mediante las comprobaciones analíticas de rutina.

Además se asume que la capacidad de absorción y utilización de nutrientes se mantiene constante durante todo el periodo de gestación, lo que puede no ser cierto para algunos nutrientes.

Con estas limitaciones, las recomendaciones generales en macro y micronutrientes se explican en los siguientes apartados:

 

  • El coste energético durante todo el periodo de la gestación está calculado entre 75.000 y 80.000 kcal, lo que aumenta las necesidades en unas 150 kcal diarias en el primer trimestre del embarazo y en 350 kcal en los trimestres restantes. Parte de esta energía es almacenada en forma de depósitos de grasa que constituyen un mecanismo de protección del feto frente a un posible estado de déficit al final de la gestación o durante la lactancia.

    La cantidad de energía adicional que se estima para mujeres gestantes en las DRI estadounidense (Dietary Reference Intake) se muestran en la siguiente tabla:

     

    Tabla 3. Ingesta energética de referencia para mujeres moderadamente activas gestantes.
    Mujer gestante 14-18 años*
    1º trimestre 2368
    2º trimestre 2708
    3º trimestre 2820
    Mujer gestante 19-50 años**
    1º trimestre 2403
    2º trimestre 2743
    3º trimestre 2855
    * Requerimiento de energía (RE) de gestante adolescente más cambio en el gasto energético total (GET) más deposición gestacional de energía.
    **RE de gestante adulto más cambio de GET más deposición energética de energía.
    Mataix, 2009.

    Hay que destacar, que las necesidades energéticas varían en función de la actividad física.

  • Proteínas

    CarnesEl desarrollo de los tejidos maternos y fetales exige un suplemento proteico en la alimentación de la gestante, el cual es difícil de precisar dado que los distintos métodos usados ofrecen resultados diferentes. Los valores considerados como ingestas recomendadas obligan a tener en cuenta:

    1. Cantidad de proteína depositada en el desarrollo fetal, formación de la placenta, y el aumento de los tejidos de la propia gestante como el útero, el pecho, sangre e incluso el tejido adiposo.
      Aunque la deposición proteica es distinta a lo largo del periodo gestacional, va aumentando a medida que se avanza en el embarazo. Las recomendaciones de la ingesta proteica solo incluyen un valor que engloba toda la gestación.
    2. Variabilidad individual por la diferencia de tamaños corporales de las gestantes.
    3. Eficacia metabólica del organismo de la mujer gestante, necesaria para convertir la proteína de la dieta en estructuras corporales.

    Teniendo en cuenta estos hechos, se recomienda un aumento de 25g de proteína/día sobre la cantidad recomendada para una mujer no gestante (según las Dietary Reference Intake de EEUU) y de 15g/día en las recomendaciones españolas (Mataix, 2009). Al día, la ingesta total sería de unos 71g/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002).

    En general, la ingesta real de proteínas en la alimentación cotidiana habitual supera siempre las ingestas recomendadas, lo que hace que casi nunca haya problemas de desnutrición proteica.


    PanHidratos de Carbono

    Son conocidas las situaciones de hipoglucemia durante el embarazo sobre todo después de periodos de ayuno. Se atribuyen a que la glucosa es un compuesto que atraviesa la placenta con mucha eficacia y, aunque el proceso de gluconeogénesis (producción de glucosa a partir de las reservas de grasa) aumenta durante la gestación, no es suficiente para compensar la transferencia de glucosa al feto (E. Herrera, M.A. Lasunción). También se ha observado una resistencia insulínica para evitar una reducción aún mayor de la glucemia, que sería mal tolerada por el feto.

    Esta situación de déficit de glucosa se puede solucionar con una buena distribución de alimentos ricos en carbohidratos en las diferentes comidas. Ver Guía prácticaRaciones tipo.

    Se recomienda una ingesta de hidratos de carbono de 175g/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002). Los alimentos que contienen azúcares de absorción lenta o azúcares complejos son: pan, pasta, arroz, legumbres, harinas, patata. Por otro lado, están los azúcares de absorción rápida o azúcares simples, que serían: dulces, repostería, caramelos, refrescos azucarados. Es preferible elegir alimentos ricos en azúcares complejos y repartir su ingesta a lo largo del día con el fin de evitar posibles hipoglucemias.

    Otra fuente de azúcares de absorción rápida es la fruta. En este caso, no solo hay que fijarse en tomar alimentos que se absorban lentamente sino que sean alimentos que aporten los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades de las gestantes, ya que la fruta también es una fuente rica en fibra, vitaminas y minerales.


    Aceites y grasasLípidos

    Durante el embarazo aumentan los ácidos grasos libres, triglicéridos, colesterol total y fosfolípidos, debido a cambios en el metabolismo del hígado y del tejido adiposo. Esto coincide con elevadas necesidades de estos nutrientes para la formación de las membranas celulares en el feto.

    En la primera mitad del embarazo hay una tendencia a mayor consumo de alimentos ricos en carbohidratos y lípidos, que permiten la síntesis y depósito de grasa. En la segunda mitad, se reduce la ingesta de alimento, existe una resistencia periférica a la insulina y los cambios hormonales favorecen la utilización de las grasas acumuladas.

    Las recomendaciones de lípidos en el embarazo se mantienen igual que en la población general. Su ingesta debe representar el 30-35% del valor calórico total siendo de elección los alimentos ricos en grasa de calidad como el aceite de oliva, el pescado azul o los frutos secos.

  • Hidrosolubles

    Vitamina B 1 (tiamina) y Vitamina B 2 (riboflavina)

    El aumento importante de 0,4mg/día en gestantes de edad inferior a 18 años y de 0,3mg/día en edades superiores en el caso de la vitamina B1, cubre las necesidades maternas y de crecimiento fetal, aun con el aumento energético que se estima en la gestación. Las mismas consideraciones se aplican a la vitamina B2 (Mataix, 2009).

    Sin embargo en las recomendaciones estadounidenses, se recomienda una ingesta de 1,4mg/día tanto de vitamina B1 como de B2 (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002).

    Es decir, no existe un consenso internacional sobre los requerimientos de estas vitaminas en las gestantes.Levadura de cerveza

    Fuentes vitamina B1: Levadura de cerveza, huevos enteros, cacahuetes, otros frutos secos, carnes de cerdo o de vaca, garbanzos, lentejas, avellanas y nueces, vísceras y despojos cárnico y ajos.

    Fuentes vitamina B2: Vísceras y despojos cárnicos, levadura de cerveza, germen de trigo, almendras, coco, quesos grasos, champiñones, mijo, quesos curados y semicurados, salvado, huevos y lentejas.


    PescadoVitamina B 6 (piridoxina)

    Se recomienda una ingesta de 1,9mg/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002).

    Fuentes: Sardinas y boquerones frescos, nueces, leguminosas, carne de pollo, atún y bonito frescos o congelados, avellanas, carne de ternera o cerdo y plátanos.

     


    ColÁcido fólico

    El elevado crecimiento que conlleva el desarrollo fetal exige un gran suplemento de esta vitamina para la síntesis de ADN. A este hecho se le añade el mantenimiento de los depósitos maternos de ácido fólico, de tal modo que la suplementación es de 600mg/día. De hecho, la gestación aumenta la deficiencia de ácido fólico en poblaciones o individuos con ingestas bajas de esta vitamina.

    El aspecto más destacado de la suplementación con ácido fólico es que su aporte debe realizarse adecuadamente incluso antes de la concepción (8-10 semanas previas) para asegurar unos aceptables niveles maternos. Además el periodo más crítico para el cierre del tubo neural tiene lugar durante los primeros 28 días de gestación, por tanto para evitar posibles defectos en el cierre es necesario asegurar un adecuado aporte previamente (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002; Mataix, 2009 y OMS, 2006).

    Fuentes:se encuentra en casi todos los alimentos independientemente de su procedencia, animal o vegetal. Los alimentos más ricos en ácido fólico son: levadura de cerveza, verdura de hoja oscura (acelgas, y escarola), legumbres, cereales integrales y germinados, ostras, salmón, mejillones, fresas y fresones, avellanas y almendras.


    LimónVitamina C (ácido ascórbico)

    Esta vitamina actúa como antioxidante. Se recomienda una ingesta de 85mg/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002).

    Fuentes: Cítricos, pimientos, kiwis, fresas, caquis, frambuesas, sandía, brécol, coles de Bruselas, patatas y calabazas.

    Liposolubles

    Vitamina A (retinol). Es necesaria en mayor cantidad para el desarrollo fetal, la formación del calostro, la síntesis de hormonas ligadas a la gestación y la constitución de depósitos hepáticos para la lactancia. Aunque los niveles de retinol en el plasma de las gestantes disminuyen, no se considera patológico debido a que se relaciona con una mayor acumulación en el hígado.

    Las recomendaciones establecen una ingesta de 70mg diarios para mujeres gestantes mayores de 18 años. Una suplementación mayor puede ser peligrosa ya que existe el riesgo de alteraciones teratógenas (malformaciones en e feto) por suplementos elevados en vitamina A (Mataix, 2009).

    Fuentes: Vísceras de animales, perejil, espinacas, zanahorias, mantequilla, aceite de soja, atún y bonito, huevos y quesos.


    SalmónVitamina D (calciferol). La ingesta recomendada para esta vitamina son las mismas que para mujeres no gestantes sea cual sea su edad, 5mg/día. Esta cantidad es suficiente para facilitar la deposición de calcio en el feto.

    Fuentes: No hay que olvidar que la fuente principal de esta vitamina es la luz solar por lo que, con una exposición regular al sol, se pueden aportar cantidades suficientes.


    Vitamina E (tocoferol). las ingestas adecuadas de vitamina E son idénticas para mujeres gestantes y no gestantes, concretamente 15mg/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002 y Mataix, 2009)

    Fuentes: Aceite de girasol, aceite de maíz, germen de trigo, avellanas, almendras, coco, germen de maíz, aceite de soja, soja germinada, aceite de oliva, margarina, cacahuetes y nueces.


    alfalfa germinadaVitamina K. se recomienda una ingesta de 75µg/día en mujeres menores de 18 años y de 90µg/día para edades superiores.

    Fuentes: Se encuentra en las hojas de los vegetales verdes y en el hígado de bacalao, pero normalmente se sintetiza en las bacterias de la flora intestinal.

     

     

    Más información sobre las vitaminas en nuestra guía de nutrición

  • Calcio y Fósforo

    QuesoEl metabolismo de estos minerales está muy relacionado con el metabolismo de la hormona paratiroidea y la vitamina D.

    El recién nacido tiene una cantidad de calcio corporal de aproximadamente 30g, habiendo sido depositado la mayor parte del mismo durante el tercer trimestre de la gestación, calculándose que el feto presenta durante ese periodo una retención de alrededor de 250mg/día.

    A pesar de lo dicho, la absorción del calcio aumenta durante la gestación hasta el punto de que hay autores que cifran ese aumento en un 50% hacia la mitad de la gestación. Esta adaptación fisiológica se explica por el aumento en la producción renal de vitamina D3.

    El calcio extra absorbido durante la primera fase del embarazo parece almacenarse en el hueso materno y será movido durante el tercer trimestre de gestación en beneficio del feto.

    Los niveles de calcio iónico son mantenidos durante toda la gestación en los niveles necesarios, gracias al equilibrio que establecen la PTH (paratohormona) y la vitamina D. Ambos actúan conjuntamente para aumentar la absorción intestinal, la reabsorción ósea y los niveles totales de calcio circulante. Con todo esto se consigue cuidar los depósitos de la madre y aumentar la disponibilidad para el feto, que durante la última etapa del embarazo consume del orden 250mg/día. Las recomendaciones establecen la ingesta de calcio en 1300mg/día para menores de 18 años y 1000mg/día para edades superiores a 18 años en estado de gestación (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002 y Mataix, 2009).

    Por otro lado el fósforo, se recomienda una ingesta igual que en las mujeres no embarazadas, 700mg/día (Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids, 2002).

    Fuentes de calcio: Productos lácteos (leche entera, yogures y quesos), salmón, sardinas, grano de soja, levadura de cerveza, semilla de sésamo, almendras, germinados, algas, col rizada y berza.

    Fuentes de fósforo: leche, carne, pescado, cereales, legumbres y frutos secos.


    Hierro

    CarneEl hierro es, junto con el ácido fólico y detrás de éste, el nutriente que mayores requerimientos presenta en la gestación, de tal modo que la cantidad extra recomendada es de 12mg para mujeres gestantes menores de 18 años y de 9mg en edades superiores, alcanzando así una ingesta recomendada de 27mg en todos los casos.

    Es importante señalar que, durante el periodo de gestación, la capacidad de reabsorción de hierro por parte del intestino aumenta aproximadamente entre en 10 y 50% o más en el último trimestre, aun así la cantidad recomendada debe asegurar una cantidad de hierro absorbido de 3mg.

    Hoy en día, es común que las mujeres en edad fértil, sobre todo de sociedades desarrolladas, tengan reservas muy pequeñas de hierro. Por este motivo, necesitan con frecuencia aportes externos, al no ser posible cubrir las necesidades totales de hierro con la cantidad procedente de la dieta.

    Combinar los alimentos ricos en hierro con vitamina C aumenta la absorción del hierro.

    Fuentes: Carne de ternera, sardinas, huevos, fruta seca (especialmente los higos, las ciruelas y los albaricoques), almendras, levadura de cerveza, cacao, pan integral, germinados, remolacha, brécol, verduras de hoja verde y algas.


    Frutos secosZinc.

    La importancia del cinc en la gestación se encuentra, no sólo en su papel fisiológico en el crecimiento y desarrollo del feto, sino en que varios estudios indican que la ingesta de cinc es insuficiente y que incluso se ha relacionado con niños a término de bajo peso.

    Las necesidades fetales de cinc son más elevadas en la última parte de la gestación, el mineral es esencial desde la primera parte del embarazo por tanto hay que las recomendaciones establecen una ingesta de cinc de 12mg/día para menores de 18 años y de 11mg/día para edades superiores.

    Fuentes: principalmente en ostras y en menor proporción en crustáceos, moluscos (almejas, mejillones, etc.), carnes rojas, hígado y leguminosas.

    Más información sobre minerales en nuestra guía de nutrición