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Dos investigadoras de la UNED, reconocidas con los Premios al Mérito Social Penitenciario

Estos premios, otorgados cada año con motivo de la festividad de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, distinguen tanto a profesionales como a entidades que contribuyen de forma relevante al funcionamiento del sistema y a la promoción de un modelo de justicia más humano.
Una docente al servicio de la inclusión educativa
La profesora de Derecho Penal y Criminología de la UNED, Laura Delgado, ha sido reconocida por su dilatada trayectoria en el acompañamiento académico de internos a través de los programas de enseñanza de la UNED en los centros penitenciarios.
Sobre el premio comenta que no esperaba un reconocimiento así: “Tras años de acompañamiento humano y social a personas que cumplen condena, este premio me otorga mucha paz. Siento que la institución reconoce un compromiso común: contribuir a la resocialización para evitar la reincidencia”
El trabajo investigador de Laura, centrado en cuestiones de gran relevancia social, aborda actualmente dos frentes principales: las dificultades de las familias para gestionar la relación filial durante la privación de libertad y el estudio del propio funcionariado penitenciario. “En ambos casos, mi objetivo es aprovechar la interacción directa con el medio para profundizar en las dificultades prácticas del día a día”, explica.
La docente identifica como retos urgentes del sistema penitenciario español problemas externos al propio ámbito carcelario: “La mayoría de los retos están fuera de la prisión: el desconocimiento generalizado sobre nuestras cárceles, la influencia de los medios de comunicación y de la cultura audiovisual en el imaginario colectivo, la tendencia punitivista en los discursos... Todo esto impacta enormemente en el funcionamiento de nuestros centros penitenciarios”.
Laura concluye con una reflexión dirigida a la sociedad y a quienes desean formarse en el ámbito penal y penitenciario: “Es importante no perder de vista que todos podemos acabar en prisión. La humildad debe ser una virtud central: la sociedad nos enseña a odiar desde edades muy tempranas y debemos aprender a no hacerlo para poder ofrecer un trato humano a quienes ya luchan consigo mismos. Nuestras prisiones tienen que ofrecer esa oportunidad que muchos de los infelices que las habitan no encontraron antes de entrar”.
Encarnación Muñoz, Premio al Mérito Social Penitenciario: “La ciencia puede hacer más humana y eficaz la reinserción penitenciaria”
Por su parte, la estudiante de doctorado de la UNED, Encarnación Muñoz, ha recibido este reconocimiento que considera “una gran motivación para seguir trabajando con ilusión, rigor y compromiso”.
Su investigación, dirigida por el profesor Ángel Gómez, se centra en los procesos de radicalización violenta en jóvenes, con el objetivo de contribuir a su prevención y abordaje desde la psicología forense. Lo innovador de su tesis radica en la integración de la experiencia directa de intervención con la investigación académica, generando estrategias realistas y adaptadas a la realidad social de estos jóvenes.
Encarnación subraya el papel esencial del entorno familiar y comunitario en los procesos de prevención y desradicalización: “Los vínculos sociales y el apoyo familiar pueden ser tanto factores de protección como de riesgo”. Por ello, destaca la necesidad de programas que involucren a las familias y refuercen los lazos prosociales como vía hacia una reintegración efectiva.
En su análisis, la investigadora recuerda que no existe un perfil único de radicalización, por lo que las intervenciones deben adaptarse a la diversidad de contextos, edades y experiencias.
Para que la reinserción deje de ser un reto pendiente, Encarnación propone un enfoque integral que combine educación, empleo, apoyo psicológico y acompañamiento social, articulado en programas coordinados y basados en la evidencia científica.
El papel de la universidad en el sistema penitenciario
Desde hace décadas, la UNED impulsa programas educativos en prisiones de toda España, consolidándose como referente en la enseñanza universitaria a distancia para personas privadas de libertad.
Ambas coinciden en subrayar la función social de la universidad en estos centros. Consideran que la educación “no solo ayuda a sobrellevar el encierro, sino que ofrece herramientas para construir un futuro y regresar a la sociedad con nuevas oportunidades”.