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Científicos de la UNED revelan cómo se conservaron "momias" de dinosaurio con piel y pezuñas

Un equipo internacional de paleontólogos ha logrado reconstruir con un nivel de detalle inédito la apariencia en vida de Edmontosaurus annectens, un dinosaurio herbívoro de gran tamaño que habitó Norteamérica hace 66 millones de años. El estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, describe cómo dos ejemplares excepcionalmente conservados —apodados “Ed Jr.” y “Ed Sr.”— conservaron su piel, púas y pezuñas gracias a un proceso natural de “momificación” que implicó una delgada capa de arcilla.
24/10/2025

La UNED, a través de los investigadores María Ciudad Real y Daniel Vidal, ha tenido una participación destacada en este estudio internacional publicado en Science, que lidera el paleontólogo Paul Sereno, de la University of Chicago. Su trabajo ha permitido identificar estructuras anatómicas inéditas y proponer un modelo que explica cómo pudieron conservarse en detalle los tejidos blandos de los dinosaurios.

Una “zona de momificación” en Wyoming

Los fósiles fueron hallados en un yacimiento al este del estado de Wyoming (EE UU), donde la acumulación de sedimentos fluviales y condiciones excepcionales de enterramiento rápido favorecieron la preservación de la piel. Aunque este tipo de fósiles se conoce desde principios del siglo XX, este hallazgo confirma que un número importante de ejemplares procede de una misma área, bautizada ahora como “zona de momificación”.

“Lo fascinante es que no se ha conservado tejido orgánico, sino una fina ‘máscara’ de arcilla de menos de un milímetro que reproduce la piel con una precisión microscópica”, explica Vidal.

Según el estudio, tras la muerte y desecación parcial de los animales, una inundación súbita los cubrió con arena húmeda. La acción de microorganismos formó un tapete biológico que atrajo partículas de arcilla y selló la superficie corporal. Esa capa funcionó como un molde natural, conservando en tres dimensiones detalles tan delicados como escamas, arrugas y cascos ungueales.

Tecnología 3D para estudiar sin tocar

La participación de la UNED ha sido clave para analizar y reconstruir digitalmente los ejemplares. Gracias a técnicas como la fotogrametría y la tomografía computarizada, los investigadores españoles pudieron obtener modelos 3D extremadamente precisos sin necesidad de manipular directamente los fósiles.

“Ed Jr.” conserva desde el cráneo hasta el primer tercio de la cola, mientras que “Ed Sr.” abarca desde la espalda hasta la punta de la cola, permitiendo una reconstrucción casi completa. El análisis reveló la presencia de una cresta carnosa a lo largo del cuello y la espalda, que se transforma en una hilera de espinas queratinosas sobre la cola. También identificaron escamas diminutas en el cuerpo y otras más grandes en los flancos de la cola.

La sorpresa: las pezuñas

Uno de los descubrimientos más llamativos fueron las pezuñas de las patas traseras, en forma de casco plano similar al de un caballo. Estas estructuras, las más antiguas conocidas en un vertebrado terrestre, amplían la comprensión de la locomoción de los dinosaurios herbívoros.

Los investigadores de la UNED reconstruyeron digitalmente el volumen de las pezuñas y las almohadillas plantares y las compararon con huellas fósiles de hadrosaurios del mismo periodo. La coincidencia permitió recrear con gran fidelidad la forma y biomecánica de las patas traseras.

Un nuevo modelo para entender la fosilización

El estudio arroja luz sobre la apariencia de Edmontosaurus annectens y a la vez propone un modelo detallado para comprender cómo pueden conservarse tejidos blandos en condiciones naturales. Esta “receta” para la momificación por máscaras de arcilla abre nuevas vías para identificar y estudiar fósiles similares en otros yacimientos.

“Este tipo de hallazgos son una ventana única al pasado. No estamos viendo solo huesos: estamos viendo piel, textura y forma, lo que nos permite entender a estos animales como organismos completos”, destaca Ciudad Real.

Los autores prevén que futuras excavaciones en Wyoming y otras regiones aporten más ejemplares con conservación excepcional, lo que permitirá mejorar los modelos biomecánicos y avanzar en el conocimiento de la paleobiología de los dinosaurios.