TOKAIDO

  La mirada del artista

 

Tōkaidō

Series

Hiroshige y sus discípulos

Colaboración en las series

Colaboración en los grabados

Cartel y vídeo

Grabados japoneses de la colección del Profesor E. Bujalance en la que se muestra la mirada de dieciséis artistas del siglo XIX sobre el camino del Tōkaidō.

En 1603, el shōgun Tokugawa Ieyasu cambió su residencia de Kioto al castillo de Edo (la actual Tokio). El cambio hizo necesario un camino seguro que conectara Kioto, la capital imperial y administrativa con Edo, la capital militar. El gobierno de Tokugawa estableció puestos de control (seki) con guardias de vigilancia, que solicitaban los pases necesarios para ir por el camino y a la vez regulaban el transporte y el control de los caminantes y mercancías que discurrían por el mismo.

El camino denominado Tōkaidō (东海 道 - literalmente “camino del mar del este”) discurría a lo largo de 427 kilómetros, repartídos en 53 estaciones (sin contar las dos terminales) que se tardaba en recorrer unas dos semanas. El camino comenzaba en el puente Nihombashi de Edo y llegaba hasta el puente denominado Sanjo en Kioto.

 A lo largo del camino había que franquear diversos ríos, alguno de ellos de gran cauce, que normalmente no disponían de puentes (como medida deliberada del gobierno para frenar el movimiento de cualquier ejército rebelde). Los viajeros tenían que cruzar en barcas, o ser transportados en kago (palanquines), o sobre los hombros de un porteador. En el recorrido se asentaban templos, santuarios y establecimientos para el uso de los viajeros, diferentes tipos de alojamientos, tiendas, puestos de comidas, estaciones de caballos, etc.

 Los grandes daimyō estaban obligados a visitar al shōgun, en su corte de Edo, cada dos años; iban acompañados de cientos de personas: soldados, vasallos, sirvientes, etc, junto a todo tipo de carros, caballerías y enseres. Formaban una auténtica procesión, ante la que se inclinaban reverencialmente los demás caminantes y vecinos de las estaciones por las que pasaban.

A lo largo del periodo Edo (1603-1868), el Tōkaidō, era el camino más importante de Japón, hasta el punto de convertirse en un símbolo nacional, inspirador de todo tipo de artistas que realizaron gran cantidad de obras literarias y artísticas dedicadas a él.