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Identificación
El
objetivo de esta fase inicial es la identificación de los 4 elementos nucleares
del proyecto al que al alumno se le ha reconocido la práctica: objetivos,
actividades, recursos y evaluación. 
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Objetivos:
aquello que se pretendía
alcanzar;
las metas del proyecto en el que el alumno estuvo inmerso. Aunque pueden expresarse de forma muy variada, en la
actualidad se enuncian en términos de capacidades y verbalmente en forma de
infinitivo. P.e. ser capaz de comunicar de forma asertiva las
opiniones personales.
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Actividades:
aquello que se realizó en la situación formativa. No siempre se puede observar lo que
se quiere conseguir (objetivo), pero siempre se puede ver lo que se hace
(actividad). Las actividades se enuncian en términos descriptivos, dando pautas,
indicaciones o consignas para su realización. También pueden presentarse bajo el
nombre de tareas, problemas, trabajos, etc.
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Recursos:
elementos que se utilizan para la realización de las actividades. Entre los
distintos tipos de recursos podemos citar:
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Recursos humanos: las personas implicadas para llevar a cabo el
proyecto. Suele tenerse en cuenta su perfil profesional y su dedicación. Podemos
contar con profesionales y con voluntarios.
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Recursos materiales
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de soporte:
las instalaciones, su accesibilidad física, infraestructura, equipamiento...
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didácticos:
el material fungible, los instrumentos o útiles profesionales o los materiales
para la enseñanza-aprendizaje como los presentes en el anexo 5 de esta guía.
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Recursos funcionales:
tiempo, dinero y formación. Facilitan la consecución de los recursos
anteriormente citados y facilitan la realización de las actividades. Es importante presupuestarlos y
prever las fuentes de ingresos (convocatorias, organismos, colaboraciones,
voluntariado...)
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Evaluación:
los mecanismos de evaluación deben permitir dar cuenta del proyecto antes,
durante y después de su desarrollo. Son muchas las formas e instrumentos para su
implementación pero debe integrarse de pleno en el diseño y desarrollo del
proyecto. Es también importante no limitar la evaluación a un informe de
resultados o a un balance final. Deberíamos tener presente la función
diagnóstica que se produce al inicio del proyecto y que debe permitirnos conocer
la realidad sobre la que vamos a intervenir y los usuarios participantes así
como la función de seguimiento y apoyo que nos permitirá detectar problemas a lo
largo del desarrollo e introducir correcciones a lo largo del proceso.
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